El último Estudio de Población Especialmente Vulnerable ante el empleo  (EVAE) en España, elaborado con datos del 2017 por Accenture y Fedea revela que un total de 4 millones de personas residentes en hogares con bajos ingresos o baja laboralidad seguirán inmersos en el desempleo o la pobreza laboral a lo largo de los próximos doce meses. Esto supone el 13,3% de la ciudadanía con edades entre los 14 y los 64 años.

El análisis basado en los datos de las personas encuestadas en la EPA del cuarto trimestre del 2017, señala que de estos 4 millones de personas, 1,53 millones estarán en riesgo de seguir sin empleo y otros 2,47 millones estarán en peligro de pobreza en el trabajo.

Mujeres: población especialmente vulnerable ante el empleo

La investigación destaca que de los 1,53 millones de personas en situación en riesgo de permanecer sin trabajo el 58% son mujeres. Además cabe subrayar que el 75% del segmento poblacional del EVAE no percibe ningún tipo de prestación, al tiempo que el 63% son mayores de 45 años y el 60% tiene estudios equivalentes o inferiores a la ESO.

Por otra parte entre los 2,47 millones de personas en riesgo de estar en pobreza en el trabajo durante el próximo año, resalta de nuevo la situación de las mujeres, ya que el 75% estaban desde el principio en esta situación de precariedad, frente a un 43% que tienen una situación de partida de paro. Así mismo son los más jóvenes los que provienen del paro y suponen el 46% con menos de 34 años, comparado con el 36% de los que ya tenían una situación de pobreza laboral de partida.

Estas cifras ponen de manifiesto que los beneficios de la recuperación económica y la creación de empleo están llegando de forma muy desigual a la población española, ya que las condiciones del mercado laboral están provocando un gran  desajuste social.

El relato oficial del gobierno, basado en la recuperación de la economía y la disminución del número de parados, pretende legitimar las imposiciones empresariales basadas en el salario ínfimo ligado a la temporalidad, tanto por la estacionalidad como por la parcialidad contractual. El resultado, tal y como expone esta publicación, es la galopante denigración del empleo en nuestro país.