La ministra de Empleo, Fátima Báñez, ha acordado este martes con los agentes sociales, patronal y sindicatos, subidas progresivas en los próximos años del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta alcanzar los 850 euros en 2020.

Según ha señalado Báñez tras la reunión con los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Alvárez, y los presidentes de CEOE, Juan Rosell y Cepyme, Antonio Garamendi, en la reunión se ha fijado la subida del 4% del SMI para 2018 hasta los 735,9 euros en 14 pagas frente a los 707,6 euros actuales.

Junto a esto, se ha acordado una “subida progresiva” para que el SMI alcance los 850 euros en 2020 en un ritmo anual que se abordará en los próximos días. Alcanzar los 850 euros en 2020, 11.900 euros anuales, supondrá una subida del 20% frente al SMI de 2017 y de casi el 30% frente al de 2016. Báñez ha señalado que este incremento del 4% para 2018 afectará a 533.978 trabajadores, el 3,5% de los afiliados al régimen general de la Seguridad Social.

Según la memoria del proyecto de Real Decreto por el que se fija el SMI para 2018, que el Ministerio de Empleo ha sometido a audiencia e información pública, esta mejora del salario mínimo afecta en mayor medida a mujeres, extranjeros, no cualificados y con empleos temporales o parciales.

Para 533.978 trabajadores

El incremento del 4% del SMI para 2018, anunciado por el Gobierno, afectará a 533.978 trabajadores, el 3,5% de los afiliados al régimen general de la Seguridad Social y tendrá un impacto positivo sobre los ingresos por cotizaciones de la Seguridad Social de 33,22 millones.

Frente a esto, supondrá un aumento en más de un millón de euros en el presupuesto del Fondo de Garantía Salarial, en tanto que el del servicio público de empleo (SEPE) subirá en 12,6 millones el suyo.

España, a la cola

Pese al discurso triunfalista de la ministra Báñez, España es el país de la Unión Europea (UE) con el menor crecimiento de los salarios (un 0,1%) en el tercer trimestre de 2017 con respecto al mismo periodo del año pasado, según los datos del informe sobre costes laborales publicado hoy por la oficina de estadística comunitaria Eurostat. Aunque se registraron retrocesos en Finlandia y Grecia (1,8%), así como en Portugal (1,2%), entre los países con un indicador positivo España se situó a la cola.

El aumento de los salarios experimentado el pasado trimestre en España había sido del 0,4%, el más bajo de la UE. En el conjunto de la UE, el incremento desde julio hasta septiembre fue del 2,1%, y en la eurozona, del 1,6%.

El estudio del Eurostat también recoge que en el mismo periodo el crecimiento de los costes laborales no salariales (impuestos y seguridad social) llegó al 0,2% en territorio español, frente al 1,5% de los países de la unión monetaria y el 2,3% de los Veintiocho. Los mayores incrementos salariales se dieron en Rumanía (16,5%), Hungría (12,9%) y Bulgaria (10,6 %).