La Fundación IDIS, representante de los principales grupos hospitalarios privados y compañías aseguradoras de salud en España, ha creado una estrategia para eliminar completamente las listas de espera quirúrgica de la sanidad pública antes de que acabe el año 2017. Un año en el que el Sistema Nacional de Salud arrancó con 614.000 pacientes a la espera de una intervención quirúrgica no urgente, según los datos que ha publicado el propio Ministerio de Sanidad.

De hecho, la espera media para entrar a quirófano suma ya 115 días, 26 más -casi un mes- que en el año anterior. Para terminar con esta situación, IDIS ha ofrecido un plan de choque al Ministerio de Sanidad que costaría 1.500 millones de euros para poner los medios de la sanidad privada -2.000 quirófanos, 452 hospitales y casi 100.000 profesionales- a trabajar en la eliminación de las listas de espera.

Un plan que IDIS considera “totalmente viable” a tenor de su capacidad y su “elevada” agilidad para responder a las necesidades de la población hospitalaria. "Es necesaria una voluntad política en la búsqueda de soluciones que garanticen la continuidad del sistema, dejando a un lado formulaciones ideológicas y que den respuesta a necesidades urgentes y reales que preocupan y afectan a los ciudadanos", ha señalado Manuel Vilches, director general de IDIS.

Para calcular el presupuesto necesario se han utilizado los últimos datos del Ministerio sobre las patologías más frecuentes en las listas de espera quirúrgica y los cálculos del IDIS basándose en su propia experiencia. Los 1.500 millones supondrían el 1,5% del gasto total nacional en sanidad, aunque unos 450 millones, señalan desde IDIS, volverían a las arcas públicas a través de los impuestos.

También señalan que el esfuerzo de gasto sólo habría que hacerlo una vez y no lo ven “excesivo” si se compara con otras asignaciones de gasto y la comparan con el coste de apenas un mes de gasto farmacéutico en toda España o el 10% de lo que cuesta cada año luchar contra las secuelas del tabaquismo.

"Entendemos que es una operación de choque, que técnicamente permitiría eliminar un grave problema en pocos meses, pero creemos que no es la solución definitiva para acabar con las listas de espera", señala Vilches, aunque lo ve como un paso determinante para "sentar las bases de un modelo de cooperación público-privado eficaz, que beneficie a los ciudadanos, y que permita acabar con esta situación que se agrava año a año".