El Banco Central Europeo (BCE) ha hecho pública la versión no confidencial de la evaluación que realizó sobre el Banco Popular el pasado seis de junio, cuando lo declaró inviable. El organismo justifica que la “excesiva” salida de depósitos, junto a la velocidad a la que la entidad perdía liquidez eran elementos objetivos que indicaban que sería “incapaz de pagar sus deudas u otras cargas”.

El problema de generar más liquidez llevó al organismo europeo a pronosticar la caída del banco ya que el Popular “no podía hacer frente al pago de sus deudas y obligaciones”. De acuerdo con el supervisor, la entidad desarrolló varias medidas adicionales para generar liquidez y comenzó a implementarlas, pero no fueron suficientes para remediar el deterioro de la posición de fluidez del banco.

"Incluso con el recurso a la ELA (línea de liquidez de emergencia), la actual situación de liquidez no es suficiente para asegurar la capacidad de la entidad supervisada de cumplir con sus responsabilidades en el transcurso del 7 de junio", señala la evaluación.

Ayuda con dinero público

La resolución del Popular fue la primera intervención de una entidad financiera europea en la que se evitó inyectar dinero público, aunque, sin embargo, se hizo por problemas de liquidez y no de insolvencia. Cabe recordar que entre los días 2 y 5 de junio, la entidad perdió 2.000 millones de euros al día en depósitos, mientras que entre abril y mayo, la fuga fue de 9.300 millones de euros.

Al respecto, el informe del BCE señalaba que "no hay medidas de intervención o supervisión tempranas disponibles para restaurar la posición de liquidez de la entidad de forma inmediata" con el objetivo de "ganar tiempo" para implementar otra solución. En la misma línea, el 16 de junio, el ministro de Economía, Luis de Guindos, pidió dotar al Fondo Único de Resolución (FUR) de un instrumento de liquidez específico para evitar casos como el del Popular.

Prensa y especulaciones

El informe también señala una "cobertura negativa en los medios" en relación con las especulaciones sobre la dimisión de algunos de sus gestores y las pérdidas registradas por el banco en el ejercicio 2016 y el primer trimestre de 2017. La incertidumbre que generaron dichas noticias se sumó a los anuncios por parte del presidente del banco en aquel momento, Emilio Saracho, de su necesidad de realizar una ampliación de capital o acometer una operación corporativa.

Esto derivó en que las agencia DBRS, Standard and Poor's y Moody's rebajaran el ráting del Popular. De manera que las "preocupaciones significativas" en los clientes del banco, se reflejaron en "salidas de depósitos inesperadas" y en una "alta frecuencia de visitas de los clientes a la red del banco".

Partes confidenciales del informe

La evaluación publicada no reproduce las partes confidenciales de la misma, como el contenido de la comunicación que Popular remitió al BCE el 6 de junio, en la que sus gestores reconocían la inviabilidad del banco. Mario Draghi, presidente del BCE, aseguró en su día que su papel en la resolución del Popular fue nulo y simplemente se limitó a declarar la inviabilidad de la entidad. Un día después, el 7 de junio, la Junta Única de Resolución (JUR) europea aprobó la resolución de la entidad y su posterior venta al Santander por 1 euro.