Air Berlin, la segunda aerolínea de Alemania, se declaró este martes insolvente tras dejar de recibir apoyo financiero de su accionista mayoritario, Etihad Airways.

La compañía, que recibía desde hace años inyecciones financieras de Etihad, para mantenerse a flote, ha solicitado en el juzgado de primera instancia e instrucción de Berlin-Charlottenburg abrir un proceso de insolvencia para seguir con su reestructuración. 

La aerolínea, no obstante, va a seguir adelante con un crédito de 150 millones de euros del Gobierno de su país, que apoya, al igual que el grupo de aerolíneas Lufthansa, a Air Berlin en sus esfuerzos de reestructuración. Lufthansa garantiza que los aviones que alquila a Air Berlin, que son los mismos que usan las aerolíneas de su grupo Eurowings y Austrian Airlines, puedan ser gestionados como hasta ahora.

Además, negocia con la segunda aerolínea alemana la adquisición de parte de la compañía y le ofrece la posibilidad de contratar personal. 

Mediante el proceso de insolvencia que ha solicitado Air Berlin, la dirección de la compañía seguirá al frente de la misma y esta continuará funcionando con normalidad, por lo que los billetes comprados son válidos, se llevarán a cabo los vuelos previstos y se pueden reservar nuevos vuelos.

Cotización en bolsa

La cotización en bolsa de las acciones de Air Berlin se interrumpió hoy después de que bajaran hasta un 48 %.

La compañía, que está fuertemente endeudada, decidió el año pasado reducir su flota hasta 75 aviones y recortar 1.200 empleos, y a finales del mismo, en diciembre, vender a Etihad Airways su participación en la filial austríaca Niki por 300 millones de euros.

Air Berlin quería concentrarse en su oferta de vuelos en Alemania, Italia, los países nórdicos y Europa del Este. También deseaba crear un nuevo grupo aéreo junto con TUIfly, la aerolínea a destinos vacacionales del grupo turístico TUI, pero los planes fracasaron.

A comienzos de junio el Gobierno alemán analizó la solicitud de avales de la compañía aérea Air Berlin a la ciudad-estado de Berlín y al estado federado de Renania del Norte-Westfalia (oeste). En 2016 tuvo una pérdida récord de 782 millones de euros, un 75 % más que en 2015, por los costes de reestructuración y depreciaciones.