Las sospechas sobre el Banco Popular y quién sabía de la realidad de su situación toman ahora un nuevo cariz. Mientras que cientos de inversores particulares han perdido su dinero, la Seguridad Social y algunas consejerías de Comunidades Autónomas sacaron dinero a toda prisa de sus cuentas en el banco ahora quebrado.

Días antes de que el Popular revelara al Banco Central Europeo que no podría abrir sus sucursales por falta de liquidez, la Seguridad Social y varias Consejerías de las autonomías registraron fuertes bajadas de saldo en las cuentas alojadas en la entidad.

La semana pasada, los responsables del Popular se rindieron y avisaron a los supervisores bancarios de que no podrían abrir sus oficinas el miércoles por falta de liquidez. Una situación provocada por la retirada de fondos, en buena medida de organismos institucionales, con especial relevancia en el caso de consejerías autonómicas y de la Seguridad Social, según informa Expansión.

En los días previos a que se hiciera oficial la caída del Popular, los saldos bancarios de estos organismos registraron fuertes descensos. Según fuentes conocedoras de la evolución del Popular, al abandono de los fondos de inversión privados se sumaron las espantadas de la Seguridad Social y otros organismos públicos. El Banco Central Europeo le había prestado de emergencia 3.000 millones de euros, una cantidad que se agotó en apenas tres días por culpa de estos abandonos.