En los medios suelen aparecer informaciones sobre las puertas giratorias de políticos, es decir, que al acabar su labor pública pasan a formar parte de una empresa privada con la que podrían haber tenido tratos durante su trabajo anterior en la Administración.

Pero muy pocas veces nos fijamos en las puertas giratorias a las que se acogen otros altos cargos de la Administración y que pueden estar trabajando en lo público “y al día siguiente en un despacho privado”, como han denunciado los técnicos del Ministerio de Hacienda.

Desde el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) han explicado a ELPLURAL.COM que esta práctica está a la orden del día “en el caso de funcionarios, de subdirector para abajo”, especialmente en los cargos de libre designación, “personas que se supone tienen una especial confianza con la dirección” del Ministerio.

Los técnicos nos dan algunos ejemplos concretos, como el caso del exdirector General de Tributos que, “nada más cesar de su cargo, entró a formar parte de la asesoría Deloite”, o el del actual “jefe de la Oficina Nacional de Fiscalidad Internacional, antes socio director de Coopers & Lybrand y que ahora está en un puesto para investigar a las multinacionales”.

Cursos para no pagar

Esta denuncia se suma a la realizada este jueves en un comunicado, en la que recogen cómo los mismos altos responsables del Ministerio de Hacienda ofrecen “centenares de cursos” en los que enseñan a asesores internacionales y grandes despachos tributarios técnicas para pagar menos impuestos y evitar ser cazados por las medidas contra la evasión fiscal.

Estos cursos o masters se dan especialmente en centros controlados por entidades privadas, “especialmente cuando éstas son las grandes firmas de la asesoría tributaria en España”.

Incompatibilidad

Desde el sindicato GESTHA han explicado a este diario que su principal objetivo es la Ley de Incompatibilidades, la cual fija para estos cargos que la docencia estará permitida “con carácter ocasional” pero sin concretar qué significa.

Debido a esto, los inspectores de Hacienda piden “mejorar la redacción de la ley” y que se acabe con prácticas como dar clases en horario de mañana. “Nos parece difícil de entender que se puedan realizar este tipo de operaciones cuando son los máximos responsables de las oficinas que se supone tiene que tener el máximo de su tiempo dedicado a la persecución del fraude”.

Además, señalan que en el Portal de La Transparencia “no hay ningún inspector que haya solicitado la compatibilidad de las actividades”, por lo que sospechan hasta de la comisión de un delito.

Poner límites

Por todo lo anterior, desde GESTHA piden “establecer una serie de limitaciones a la actividad docente para que sólo se pueda hacer en centros homologados o universidad”, con acceso general al alumnado, y “deberían estar prohibidas las que organizan las grandes firmas”.

Además, “habría que ver si los precios que se ponen a estos cursos no son lo suficientemente excesivos como para limitar, de facto, el acceso a personas distintas a los empleados” de la entidad organizadora del curso.

Sin detrimento de todo lo anterior, desde el Sindicato de Técnicos de Hacienda tienen claro que estas actividades privadas llevadas a cabo por altos funcionarios resultan “poco honrosas” y se encuentran muy “lejos de dedicarse a hacer su trabajo por los sueldos elevados que reciben”, que se mueven entre los casi 70.000 euros de un subdirector adjunto hasta los más de 100.000 euros anuales que percibe un jefe de equipo nacional de la Delegación Central de Grandes Contribuyentes o el Jefe de la OFNI.