La compañía norteamericana Cordish sabía que su reto era  aparecer con el sambenito de 'Eurovegas 2', el fenomenal fisco -por no decir estafa- de la etapa Esperanza Aguirre/Ana Botella, y por ello desde el principio optaron por una estrategia completamente distinta: iniciar la operación en absoluto secreto, nada de fotos con políticos, presentar el proyecto en rueda de prensa para todos los medios con 134 hectáreas de terreno en Torres de Alameda ya compradas y el proyecto ya registrado en la Comunidad de Madrid. Tanto el alcalde de Torres de Alameda, el socialista Carlos Sáez Gismero, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, se enteraron de la presentación proyecto tan solo 48 horas antes de dicha rueda de prensa.

Diferencias en todo

Sheldon Adelson, el controvertido empresario ultraconservador y financiador de la campaña de Trump, eligió Alcorcón, hizo mucho ruido mediático y no llegó a comprar ni una sola hectárea. Sólo hizo anuncios y exigencias. La empresa Cordish ya ha comprado 134 hectáreas y anuncia una inversión de 2.200 millones frente a la mastodóntica de 17.000 millones que prometía Adelson .

Cordish es una empresa con más de 100 años de historia, líder mundial en promoción de centros comerciales, de entretenimiento y de deportes (sobre todo en EEUU). Este miércoles presentó en el registro de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid un dosier donde se recogen todos los detalles del proyecto, llamado Live! Resorts. Todo se ha llevado en estricto secreto. Por el contrario, Las Vegas Sands no presentó nada en registro, solo exhibía un folleto sobre lo que quería hacer.

La Legislación "es apropiada"

Si el método de actuar ha sido completamente distinto hay otra diferencia más y esta importantísima, el promotor de Eurovegas quería saltarse media legislación europea y española a la torera. Las exigencias de Adelson eran escandalosas: no aplicar la legislación laboral, no cumplir la Ley antitabaco, permitir el acceso de menores y ludópatas a los casinos y convertir su megacomplejo de casino en prácticamente un paraíso fiscal, dado que exigía que los jugadores pudieran entrar y salir de España con el dinero en metálico y sin tener que declarar nada. Las posibilidades de convertir ese -afortunadamente fallido- proyecto en una lavadora gigante de dinero negro eran más que reales. Por si todo eso fuera poco, Adelson exigió una cláusula de indemnización por la que el Estado le pagaría una indemnización millonaria en caso de cambios legislativos.

Los responsables de Cordish ha asegurado que «la legislación actual es apropiada». Así lo dijeron públicamente en la rueda de prensa de este jueves, al tiempo que anunció que pedirá «modificaciones menores» en la red de infraestructuras de acceso al futuro complejo. De lo que sí se beneficiará el grupo Cordish es de la reducción de la tributación de los casinos del 45% al 10% que el Gobierno regional realizó para contentar a Adelson.