Robots recolectores de fresas: la granja de Tiptree ensaya la cosecha del futuro

Un proyecto de un millón de libras, capitaneado por la Universidad de Essex y financiado por el Gobierno británico, pone a prueba en Wilkin and Sons máquinas que identifican, cortan y empaquetan fresas en cuestión de segundos.


Una hilera de brazos robóticos se desliza hoy entre los cultivos verticales de Wilkin and Sons, en Tiptree (Essex). Allí, un equipo dirigido por Vishwanathan Mohan, investigador de la Escuela de Ciencias de la Computación e Ingeniería Electrónica, evalúa la segunda y la tercera generación de robots capaces de suplir la falta de mano de obra que asfixia al sector agrícola británico.

Financiada por el Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales, la iniciativa busca demostrar que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden recoger una fresa madura (y dejar intactas las demás) más rápido que cualquier jornalero.

Prototipos más asequibles y escalables

“El enfoque siempre ha estado en la velocidad, la precisión y el coste para construir un producto comercialmente viable”, explica el doctor Mohan. El nuevo prototipo, que hereda el software de visión-acción-toma de decisiones del modelo original, se ensambla por unas 20.000 libras, apenas la quinta parte de lo que costó la versión probada el verano pasado.

El reto inmediato es fabricar cinco unidades operativas antes de 2027, cada una más pequeña y barata que la anterior, hasta que el precio de un explorador de campo se equipare, dice el investigador, “al de un ordenador portátil”.

Versatile RobotX expande la tecnología a nuevos cultivos

La apuesta tecnológica ya ha dado lugar a Versatile RobotX, una spin-off universitaria creada para llevar la cosecha robotizada más allá de la fresa. Este verano, el mismo sistema probará suerte con frambuesas, moras y otros frutos clásicos de la firma centenaria, que confía en mantener la calidad de sus mermeladas mientras reduce la dependencia de trabajadores temporales.

Si la fase de pruebas confirma lo esperado, los agricultores dispondrán por fin de una herramienta capaz de trabajar día y noche con la misma atención al detalle. El objetivo último es democratizar la robótica agrícola y colocarla al alcance de explotaciones de cualquier tamaño en todo el mundo. Una promesa que, de cumplirse, podría reconvertir la recolección de frutas en la primera tarea rural dominada por la inteligencia artificial.

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