La semilla que fortalece los músculos y ayuda a la digestión gana terreno entre los expertos en nutrición

La alholva, una legumbre rica en proteínas, magnesio y fibra soluble, podría convertirse en un aliado natural para mantener la masa muscular y mejorar la salud digestiva

Desde hace siglos, la Trigonella foenum-graecum, más conocida como alholva o fenogreco, ha estado presente en las cocinas y medicinas tradicionales de distintas culturas. Hoy, esta modesta semilla está siendo revalorizada por la ciencia moderna, que respalda sus beneficios nutricionales y su potencial para el cuidado de la salud muscular y digestiva.

Un nuevo estudio, publicado en la revista Journal of Food Science, liderado por Muhammad H. Alu’datt, pone el foco en esta legumbre poco conocida. Según el equipo investigador, la alholva destaca por su alto contenido en proteínas, magnesio y fibra soluble, una combinación que puede resultar útil para quienes buscan cuidar su alimentación sin complicaciones.

Un perfil nutricional que ayuda a mantener los músculos activos

Las semillas de alholva contienen proteínas vegetales con aminoácidos esenciales, fundamentales para la reparación de tejidos musculares tras el ejercicio o el desgaste diario. Por eso, se ha ganado un lugar entre los alimentos funcionales que podrían favorecer el mantenimiento de la masa muscular, sobre todo en personas activas o deportistas.

A esto se suma su aportación de magnesio, un mineral clave en funciones metabólicas básicas y en la relajación muscular. El consumo regular de alholva puede ayudar a alcanzar las cantidades diarias recomendadas de este mineral, reduciendo la fatiga muscular y mejorando la recuperación.

Una aliada de la digestión y el control glucémico

Pero la alholva no solo beneficia al sistema muscular. Su fibra soluble, rica en galactomananos, actúa como regulador natural del tránsito intestinal, mejorando la digestión y ayudando a mantener estables los niveles de azúcar en sangre. Esto último es especialmente relevante para personas con diabetes tipo 2: en un ensayo con 62 pacientes, la ingesta de polvo de alholva durante dos meses redujo tanto la glucosa como el índice de masa corporal.

El efecto saciante de esta fibra también favorece el control del apetito, ya que se expande con el agua y promueve una sensación de plenitud, lo que puede ayudar a gestionar mejor las porciones en cada comida.

Sabor versátil y fácil de integrar en la cocina diaria

Lejos de ser una rareza difícil de incorporar, la alholva tiene un sabor suave y ligeramente aromático que se adapta a distintos formatos. Se puede tostar para suavizar su intensidad, remojar durante la noche para preparar cremas vegetales, o incluso usar en forma de polvo en guisos, adobos o infusiones.

También es frecuente encontrarla en forma de brotes crujientes, ideales para añadir a ensaladas o bocadillos. Y no solo eso: su versatilidad en la cocina vegetariana la convierte en un ingrediente ideal para quienes buscan diversificar su dieta sin renunciar al sabor.

Aplicaciones específicas: lactancia y control de peso

La alholva también ha mostrado beneficios potenciales para mujeres en periodo de lactancia. Un estudio con 78 madres lactantes reveló que el consumo de infusión de semillas de alholva se asoció con un aumento en la producción de leche materna y en el crecimiento de sus bebés, medido en peso, longitud y perímetro cefálico.

Todo ello convierte a la alholva en un recurso interesante para quienes desean mejorar su bienestar sin recurrir a suplementos artificiales. Además, al pertenecer a la misma familia que las lentejas y los garbanzos, se integra bien en dietas basadas en legumbres.

Precaución y uso responsable

Aunque se considera segura para la mayoría de adultos, los expertos insisten en que cualquier cambio en la dieta debe ser supervisado por profesionales de la salud, especialmente en personas con condiciones médicas específicas o mujeres embarazadas.

En cantidades moderadas y como parte de una alimentación equilibrada, la alholva puede aportar valor nutricional y funcional sin alterar de forma drástica los hábitos diarios.

Esta semilla milenaria está ganando un nuevo lugar en la mesa gracias a sus propiedades beneficiosas para el músculo, la digestión y el bienestar general. Una pequeña legumbre que, a base de ciencia, reclama el espacio que siempre tuvo en la tradición.

El estudio ha sido publicado en la revista Journal of Food Science.

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