Geólogos han descubierto el mayor yacimiento de hierro jamás medido: el hallazgo ronda los 5,7 billones

El depósito, calculado en 55.000 millones de toneladas y datado hace 1.400 millones de años, obliga a reescribir la historia geológica y económica del mineral.

En la remota cuenca de Hamersley, al noroeste de Australia Occidental, un equipo internacional de geólogos ha confirmado el hallazgo del mayor yacimiento de mineral de hierro registrado hasta la fecha: una concentración de hematita de alta ley superior al 60 % de Fe, estimada en 55.000 Mt. Los resultados, presentados esta semana por investigadores de la Curtin University y el servicio geológico estatal, combinan análisis geoquímicos con dataciones uranio‑plomo y sitúan la formación del depósito en torno a 1.400 Ma, casi mil millones de años más tarde de lo que se creía.

Un valor que supera los cinco billones de dólares

Con el precio spot del mineral de hierro moviéndose en el entorno de 100 US $/t (promedio de junio de 2025), el potencial económico del hallazgo ronda los 5,7 billones de dólares estadounidenses una cifra muy por encima de los 5.900 M $ divulgados en estimaciones preliminares y suficiente para convertir, de facto, a Hamersley en la bóveda metálica más valiosa del planeta.

La nueva cronología, sustentada en mediciones de isótopos U‑Pb, desplaza la génesis del mineral desde los 2.200 Ma propuestos tradicionalmente hasta un episodio hidrotermal posterior, ligado a la fragmentación de supercontinentes. Este ajuste temporal refuerza la hipótesis de que los ciclos de ensamblaje y ruptura continental controlan la circulación de fluidos metalíferos a gran escala.

Impacto para la minería y el acero

Australia ya domina el comercio mundial de hierro; este recurso consolida su liderazgo y anticipa negociaciones clave en logística, infraestructuras ferroviarias y acuerdos de offtake a largo plazo. No obstante, los expertos advierten de que la conversión de recurso en reserva comercial exigirá estudios medioambientales rigurosos y tecnologías de extracción con menor huella de carbono, coherentes con la transición hacia el acero verde.

Identificar la coincidencia entre grandes provincias ferríferas y eventos de supercontinente abre una guía para prospectar en cratones afines de África, India o Sudamérica. Los autores señalan que los nuevos métodos de datación, capaces de discernir fases de enriquecimiento sucesivas (del 30 % al 60 % de Fe), permitirán focalizar campañas de perforación y minimizar costes.

Qué queda por resolver

Pese a la magnitud del descubrimiento, los investigadores subrayan que el yacimiento «solo es la pieza central de un puzle mayor». Queda por cuantificar la continuidad lateral del cuerpo mineralizado, el papel de los fluidos basálticos en su enriquecimiento y la relación exacta con las pulsaciones tectónicas de aquel tiempo. Lo que sí parece seguro es que Hamersley obligará a revisar los manuales de geología económica y, de paso, redefinirá las estrategias de abastecimiento de hierro para las próximas décadas.

En síntesis, la mayor reserva de hierro conocida no solo multiplica el valor estratégico de Australia: también demuestra que nuestros mapas de los recursos del planeta siguen abiertos a sorpresas geológicas capaces de cambiar modelos científicos, industriales y financieros de un plumazo.

El estudio ha sido publicado en la revista científica revisada por pares de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos Proceedings of the National Academy of Sciences.

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