Una modesta carretera de montaña en Himachal Pradesh se convierte en el escenario del hallazgo de una especie desconocida: un grupo de herpetólogos identificó en mayo de 2024 un pequeño geco cuyos “dedos robustos y fuertemente flexionados” delatan su adaptación a un entorno castigado por el fuego.
El descubrimiento ocurrió a 1 340 metros de altitud, en un tramo de asfalto serpenteante que bordea el Himalaya occidental. Allí, cuatro lagartijas de aspecto inusual se movían sobre un suelo todavía ennegrecido por un incendio reciente. El equipo, intrigado por el patrón pardo con manchas marrón negruzco y por las garras curvadas de los animales, capturó muestras y analizó su ADN, confirmando que se hallaba ante una especie nueva para la ciencia: Cyrtodactylus himachalensis, bautizada en honor al estado donde vio la luz.

Un retrato del nuevo vecino alpino
Hasta el momento solo se han descrito cuatro ejemplares, todos de tamaño mediano, con poco más de diez centímetros de longitud total. Sus extremidades son esbeltas y relativamente cortas, mientras que los dedos, cortos y arqueados, acaban en garras poderosas que recuerdan su estilo de vida trepador. El patrón “vívido” del cuerpo combina un marrón claro de fondo con manchas oscuras alineadas a lo largo del lomo y las patas, un camuflaje eficaz entre cortezas y roca.
Un hábitat en transformación
El lugar del hallazgo, cercano a un núcleo rural himachalí, muestra signos de degradación forestal y obras viarias que han reducido la densidad de lagartijas en la zona. El fuego reciente dejó el sotobosque cubierto de ceniza, un telón que resalta aún más los ojos cobrizos del gecko y subraya la fragilidad de su ecosistema.
Lo que aún no sabemos
Se desconoce su dieta exacta, su ritmo reproductivo o su comportamiento nocturno, rasgos que los científicos deberán descifrar en futuras campañas. Lo que sí está claro es que su existencia amplía el mapa de la biodiversidad del Himalaya occidental y refuerza la necesidad de proteger estos corredores biológicos antes de que la carretera que facilitó su descubrimiento acabe también con su refugio.
Con Cyrtodactylus himachalensis el catálogo de la fauna india suma un nuevo nombre y recuerda que, incluso en rutas aparentemente comunes, la vida silvestre aún guarda secretos a la espera de un ojo atento y un cuaderno de campo.