La misión franco-egipcia PHAROS extrae 22 bloques del puerto alejandrino y allana el camino para una reconstrucción digital completa.
A orillas del Mediterráneo, un equipo interdisciplinar dirigido por la arquitecta francesa Isabelle Hairy ha logrado rescatar del lecho marino los colosales dinteles y jambas que formaban la puerta ceremonial del Faro de Alejandría, desaparecido desde el siglo XIV. La operación, supervisada por el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y el Centre d’Études Alexandrines, ha empleado grúas flotantes para izar 22 bloques de granito de hasta 80 toneladas, marcando un hito en la arqueología submarina.
Los fragmentos, hallados frente a la isla de Faros, incluyen un pilono de estilo egipcio desconocido hasta ahora que refuerza la idea de un acceso simbólico a la torre helenística. Cada pieza será escaneada con fotogrametría de alta resolución y ensamblada en un “gemelo digital” gracias a la colaboración tecnológica de la Fondation Dassault Systèmes y voluntarios expertos en simulación 3D. El objetivo es recomponer virtualmente la torre de más de 100 metros que, durante siglos, guio a los navegantes mediterráneos.
Del colapso a la reconstrucción virtual
Construido en el siglo III a. C. bajo Ptolomeo II Filadelfo y atribuido al arquitecto Sóstrato de Cnido, el faro fue víctima de terremotos sucesivos que lo hicieron colapsar y pasar a servir de cantera para la fortaleza mameluca de Qaitbay. Aunque sus restos se documentan desde los años 60, la primera campaña sistemática no llegó hasta 1995 con Jean-Yves Empereur, que catalogó más de 3.000 fragmentos. La nueva extracción convierte al proyecto PHAROS en un paso decisivo hacia la reconstrucción integral y la comprensión de por qué se levantó y cómo se desplomó la estructura.
Ciencia y tecnología al servicio del patrimonio
La iniciativa va más allá de la excavación física. Historiadores del arte, egiptólogos y numismáticos analizan fuentes literarias y monedas antiguas para contextualizar cada bloque. En paralelo, GEDEON Programmes financia y documenta la operación para un largometraje de 90 minutos que se emitirá este mismo año en France Télévisions, acercando el hallazgo al gran público.
Un legado que vuelve a brillar
El renacer del Faro de Alejandría demuestra que la cooperación internacional puede devolver la voz a uno de los iconos de la Antigüedad. Cada bloque extraído, cada escaneo y cada simulación digital no solo reconstruyen una torre, sino una época en la que Egipto fue puente de ciencia, arte y comercio. Lo que yacía sumergido desde hace 2.000 años vuelve a brillar, esta vez con luz virtual, para preservar la memoria de una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.