Dos padres, un solo descendiente: nace y alcanza la edad adulta el primer ratón con ADN exclusivamente masculino

Un equipo chino consigue reprogramar la impronta genética y demuestra que dos juegos de cromosomas paternos pueden sostener todo el ciclo vital de un mamífero.

Desde Pekín, Wei Li y Qi Zhou, de la Academia China de Ciencias, han culminado un reto que la biología reproductiva perseguía desde hace décadas: un ratón concebido únicamente con material genético de dos machos ha sobrevivido y prosperado hasta convertirse en un adulto fértil. El hallazgo, detallado en la revista Cell Stem Cell, reescribe los límites de la herencia mamífera y abre nuevas vías para la medicina regenerativa.

Impronta genética: clave de la reproducción unisexual

El obstáculo histórico se llama impronta: un mecanismo epigenético que decide qué genes se activan según procedan del padre o de la madre. Si este “sello químico” se altera, el desarrollo se detiene. Li y Zhou diseñaron una estrategia quirúrgica: identificaron ocho regiones críticas del genoma paterno y apagaron selectivamente aquellos interruptores que, en ausencia de ADN materno, disparan un crecimiento descontrolado. El embrión resultante, generado con células madre reprogramadas, se implantó en hembras portadoras y llegó al mundo con normalidad.

Células madre embrionarias y clonación avanzada

El éxito no se limita al espectáculo de un ratón “bipaternal”. Las células madre embrionarias modificadas duplicaron su eficacia de desarrollo, un dato que entusiasma a los especialistas en clonación y terapia celular: corregir la impronta antes de cultivar tejidos podría minimizar las malformaciones que hoy lastran estos campos.

Reprogramación epigenética y aplicaciones médicas

Las aplicaciones médicas se perfilan en el horizonte. Numerosos síndromes humanos, como el de Birk-Barel, nacen de errores de impronta en genes concretos. Dominar la reprogramación abre la puerta a corregirlos de raíz; sin embargo, las directrices internacionales siguen vetando cualquier edición heredable en embriones humanos. El propio equipo subraya la distancia que separa un avance en ratones de la clínica humana y pide “cautela y tiempo” para evaluar efectos a largo plazo: longevidad, fertilidad y salud de la descendencia.

Edición genética en mamíferos: dilemas éticos y futuro

Mientras llegan esas respuestas, la hazaña ya plantea preguntas filosóficas y bioéticas sobre la reproducción sin gametos femeninos. Por ahora, la ciencia se conforma con haber demostrado que la barrera no era anatómica, sino epigenética, y que, con la llave adecuada, incluso las reglas más arraigadas de la biología pueden reescribirse.

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