Descubren que una hierba común usada en la cocina podría convertirse en un tratamiento para el Alzheimer

El compuesto diAcCA, derivado del ácido carnósico, reduce la inflamación cerebral y los depósitos amiloides, allanando el camino hacia ensayos clínicos en humanos.

La misma hierba aromática que solemos espolvorear sobre el pollo asado podría convertirse en la próxima gran baza terapéutica contra la enfermedad de Alzheimer. Un equipo del Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla (California), presentó en febrero de 2025 los resultados preclínicos de diAcCA, un fármaco oral estable que libera ácido carnósico justo donde el cerebro lo necesita: en las regiones inflamadas.

En ratones diseñados para desarrollar Alzheimer, el medicamento restauró la memoria casi a niveles normales, incrementó la densidad de sinapsis y disminuyó de forma marcada la proteína β-amiloide y la tau fosforilada, dos sellos distintivos de la patología.

Del condimento al principio activo

El ácido carnósico es un antioxidante natural presente en el romero (Rosmarinus officinalis) y la salvia que, tal y como se había descrito en estudios anteriores, activa las enzimas defensivas del organismo y amortigua el estrés oxidativo. Su aplicación directa, sin embargo, era inviable: la molécula es demasiado inestable para viajar por el torrente sanguíneo sin degradarse.

Los investigadores resolvieron el problema enmascarándolo en forma de diAcCA, un profármaco que se mantiene intacto por vía oral, se transforma en ácido carnósico en el intestino y alcanza el cerebro en concentraciones terapéuticas.

Resultados que abren apetito

Después de cuatro meses de tratamiento, los ratones que recibieron diAcCA superaron con nota pruebas clásicas de memoria espacial y reconocimiento de objetos. El análisis post-mortem reveló un aumento significativo de las conexiones sinápticas y una reducción de los marcadores inflamatorios y de las placas amiloides, lo que sugiere que el compuesto no solo protege las neuronas; también contribuye a limpiar el “paisaje” proteico tóxico que impulsa la enfermedad.

“No se limitó a frenar el deterioro: prácticamente devolvió la función cognitiva a la normalidad”, subraya Stuart Lipton, neurólogo y autor principal del estudio publicado en Antioxidants.

Un aspecto llamativo es su modo de acción “inteligente”: diAcCA solo se activa en presencia de inflamación, lo que restringe la exposición del resto del organismo y reduce el riesgo de efectos secundarios.

Ventaja reguladora: GRAS a bordo

El romero no solo aporta aroma a la cocina; también un atajo administrativo. El ácido carnósico figura en la lista GRAS (“generalmente reconocido como seguro”) de la FDA, de modo que el ingrediente básico no necesita nueva aprobación toxicológica.

Esta condición podría acelerar la entrada de diAcCA en ensayos de fase I y facilitar estudios combinados con los anticuerpos anti-amiloide ya disponibles, cuya eficacia suele verse empañada por inflamaciones cerebrales adversas.

Próximos pasos

El equipo de Scripps planea iniciar los primeros ensayos en humanos a lo largo de 2026, mientras explora el mismo enfoque en otras enfermedades inflamatorias, como la diabetes tipo 2, la cardiopatía isquémica o el Parkinson.

Si los buenos presagios se confirman, el romero dejará de ser un simple condimento para convertirse en aliado clínico contra uno de los grandes retos neurológicos del siglo.

El estudio ha sido publicado en Instituto Multidisciplinario de Publicaciones Digitales (MDPI).

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