Descubren en China un dinosaurio gigante de 190 millones de años, el doble de grande que sus parientes cercanos

Un equipo chino describe un nuevo sauropodomorfo de la Formación Lufeng, en Yunnan, que vivió hace unos 190 millones de años y alcanzó los 33 pies de longitud, el doble que su pariente más próximo.

Apenas salido del yacimiento, el esqueleto de Xingxiulong yueorum ha dejado bien claras las cinco W de la noticia. Qué: un dinosaurio herbívoro de cuello alargado. Quién: el grupo que encabeza Xiang-Yuan Chen, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP). Cuándo: habitó la región a principios del Jurásico, hace unos 190 millones de años, aunque sus huesos se desenterraron en 2015 y se han descrito ahora. Dónde: la fértil Formación Lufeng, al suroeste de China. Por qué y cómo: su tamaño –8-10 metros de largo, el doble de Xingxiulong chengi– muestra que los sauropodomorfos empezaron a crecer antes de lo que creíamos, algo que el equipo demuestra con un detenido análisis anatómico del esqueleto.

Los investigadores sitúan a X. yueorum en la base de Massopoda, un grupo definido en 2007 que precede a los famosos colosos del Jurásico medio. El nuevo ejemplar conserva rasgos primitivos –como un cuarto trocánter en “pendiente”– junto a características propias de formas más avanzadas, entre ellas cuatro vértebras sacras fusionadas, un refuerzo pélvico típico de los saurópodos gigantes. Esa mezcla anticipada confirma que la transición hacia cuerpos voluminosos empezó antes de lo esperado.

Por qué importa este hallazgo y la Formación Lufeng, un laboratorio natural

Con cada nuevo fósil, el puzle evolutivo gana piezas y, a veces, cambia de forma. Que un animal del Jurásico temprano haya duplicado ya el tamaño de sus parientes inmediatos indica que la “carrera de gigantes” arrancó muy pronto, lo que obliga a revisar modelos de crecimiento, biomecánica y ecología para este grupo. Además, la presencia de cuatro vértebras sacras en una fase tan inicial sugiere que la robustez del esqueleto evolucionó en paralelo al aumento de talla, no después.

La cuenca de Lufeng se ha convertido en un tesoro para la paleontología asiática. Allí conviven restos de pequeños terópodos, saurópodos emergentes y vegetación fosilizada que retrata paisajes de llanura aluvial con ríos y bosques húmedos. Esa riqueza permitió a distintos dinosaurios ocupar nichos variados: mientras los terópodos cazaban en las riberas, los sauropodomorfos como Xingxiulong se aventuraban en áreas abiertas para ramonear copas altas, algo posible gracias a un cuello esbelto y un cuerpo ya muy voluminoso.

Lo que queda por averiguar

El esqueleto de X. yueorum está incompleto –falta la cabeza–, pero delata un animal musculoso y resistente. Los científicos quieren comprobar ahora si esta combinación de rasgos aparece en otros fósiles de la misma edad, y si el aumento de tamaño se produjo en paralelo en varios linajes o quedó restringido a unas pocas poblaciones de Lufeng. Nuevas campañas en Yunnan y el uso de técnicas de micro-tomografía podrían aportar vértebras craneales o dientes que confirmen la dieta y la postura del cuello.

Al margen de su atractivo expositivo, este hallazgo refuerza la idea de que los primeros herbívoros de gran talla fueron arquitectos del paisaje: al derribar ramas altas y compactar el suelo, modificaron la vegetación y abrieron paso a nuevas especies de plantas y depredadores. Reconstruir cómo y cuándo sucedieron esos cambios ayuda a entender la dinámica de los ecosistemas continentales durante el primer Jurásico.

El estudio completo se ha publicado en la revista Historical Biology.

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