Científicos asombrados: hallan una nueva planta en EE.UU. por primera vez en 50 años

Un equipo multidisciplinar describe Ovicula biradiata en el Parque Nacional de Big Bend, el primer descubrimiento de este calibre en Estados Unidos desde la década de 1970.

En Big Bend, Texas, la comunidad botánica acaba de llevarse una sorpresa mayúscula: una diminuta planta, desconocida hasta ahora, se ha ganado un hueco propio en la familia de los girasoles. El hallazgo, publicado en la revista Phytokeys, responde a las cinco preguntas clásicas del periodismo científico: ¿Qué? Ovicula biradiata, comúnmente «diablillo lanudo». ¿Quién y cómo? Investigadores del parque, la Universidad Estatal Sul Ross, el Centro CIDIIR de Durango y la Academia de Ciencias de California, que siguieron la pista gracias a la fotografía de una voluntaria en iNaturalist. ¿Cuándo? Los primeros indicios aparecieron a comienzos de 2024. ¿Dónde? Entre los paredones rocosos de Big Bend. ¿Por qué es relevante? Porque es la primera vez en medio siglo que se describe un género nuevo dentro de un parque nacional estadounidense, una gesta que no ocurría desde el descubrimiento de Dedeckera eurekensis en el Valle de la Muerte.

Características morfológicas del diablillo lanudo

Apenas levanta unos centímetros del suelo, pero su porte no pasa inadvertido. Los pétalos granates contrastan con un follaje blanco y afelpado que recuerda a una mota de algodón. De ahí viene el nombre en latín: Ovicula (pequeña oveja) y biradiata (dos radios), una referencia a las flores que coronan la planta.

Es precisamente ese manto lanoso, aliado con su tamaño minúsculo y su afición a crecer encajonada entre rocas, lo que había permitido que permaneciera invisible para la ciencia durante décadas.

Resiliencia y amenazas climáticas

Big Bend, uno de los desiertos más estudiados del mundo, aún escondía este tesoro botánico. Su capacidad para prosperar con las escasas precipitaciones de la región subraya la resiliencia de la vida en entornos extremos. Convive con especies igualmente curtidas, como el ocotillo o la gobernadora, de las que aprovecha sombras fugaces y retales de humedad.

Pero la misma dureza que la protege también la pone en riesgo: un aumento sostenido de las temperaturas y una disminución aún mayor de las lluvias podrían borrar su rastro antes de que sepamos del todo cómo vive.

Potencial bioquímico y legado científico

El descubrimiento no solo reescribe los catálogos de la Asteraceae, sino que abre una ventana a potenciales aplicaciones bioquímicas. Investigaciones preliminares sugieren que las glándulas de la planta esconden compuestos con efecto antiinflamatorio, una pista que aguarda confirmación en el laboratorio.

Mientras tanto, Ovicula biradiata ya se ha convertido en símbolo de dos certezas: que la naturaleza todavía guarda secretos y que la ciencia, con la ayuda de la observación ciudadana, sigue encontrando formas de dejarnos boquiabiertos.

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