Cambié mis tostadas por huevos cocidos y esto fue lo que pasó en mi cuerpo

Recuerdo la primera vez que cambié las tostadas con mantequilla por un par de huevos cocidos: me sorprendió lo saciante que resultó ese pequeño gesto. Hoy quiero contarte, desde la cercanía y con datos claros, por qué este alimento tan humilde sigue brillando en la mesa del desayuno.

Huevos cocidos: menos de 80 calorías y un cóctel de nutrientes

Un huevo grande cocido aporta apenas 72 calorías, cerca de 5 gramos de grasa y 1,5 gramos de grasa saturada, según explica Jeremy O’Neal, dietista nutricionista especializado en control de peso.

Personalmente, me fascina cómo algo tan pequeño puede concentrar vitamina A, varias vitaminas del grupo B, riboflavina, ácido fólico, hierro y zinc sin añadir aceites ni mantequillas extra. ¿Lo sabías?

¿Cuánta proteína hay realmente en un huevo cocido?

O’Neal detalla que un huevo grande contiene entre 6 y 7 gramos de proteína. Puede que no cubra todas tus necesidades diarias, pero sirve como un impulso perfecto para el crecimiento y la recuperación muscular. Si pesas 82 kg, recuerda que Harvard Health sitúa tu recomendación mínima en torno a 65 g de proteína al día.

Y, si eres muy deportista o estás embarazada, quizás necesites un aporte mayor. Yo, después de una sesión de entrenamiento, agradezco esa dosis rápida y cómoda de proteína.

¿Puedo comer dos o tres huevos cocidos cada día?

En el contexto de una dieta equilibrada, la mayoría de las personas puede disfrutar de dos o tres huevos cocidos diarios sin problema, comenta O’Neal.

Aun así, me gusta alternar con carnes magras, legumbres, lentejas o tofu para que el plato no pierda variedad ni sabor. ¿Te pasa lo mismo?

Colesterol: la eterna duda en torno a la yema

La yema concentra unos 200 mg de colesterol, pero el Dr. Amar Dave recuerda que la relación entre colesterol alimentario y enfermedades coronarias sigue sin demostrarse de forma concluyente. Es más relevante vigilar el consumo global de grasas saturadas: sustituir carnes rojas por opciones magras o aumentar la presencia de verduras puede marcar la diferencia.

Yo he comprobado que ese equilibrio ayuda a disfrutar de los huevos sin miedo.

El arte de equilibrar tu desayuno

Para mí, la revelación más sorprendente fue descubrir que la colina de la yema favorece tanto las contracciones musculares como la función cognitiva. ¿No es increíble? Si tienes dudas médicas concretas, tu profesional de confianza será quien mejor adapte estas pautas a tus necesidades.

Mientras tanto, te animo a probar esa sencillez deliciosa del huevo cocido y a contarme: ¿cómo integras tú los huevos en tu rutina? Comparte tu experiencia y hagamos juntos que cada desayuno cuente.

El estudio principal con el cual he redactado esta noticia ha sido publicado en Nutrients.

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