La taurina, usada en suplementos y bebidas energéticas, podría empeorar la leucemia, según investigación de la Universidad de Rochester

En un hallazgo que sacude los cimientos de la oncología experimental, investigadores de la Universidad de Rochester han descrito esta semana en la revista Nature que la taurina, un aminoácido omnipresente en bebidas energéticas y recetado con frecuencia como complemento en quimioterapia, triplicó el riesgo de muerte y aceleró significativamente la progresión de la leucemia mieloide en modelos murinos. El estudio, pionero en vincular de forma directa el consumo de este compuesto con la velocidad de avance del cáncer de sangre, cuestiona la seguridad de su uso rutinario tanto en el ámbito médico como en el consumo recreativo.

El estudio en Nature

El equipo sometió a ratones inmunocompetentes a un régimen suplementado con taurina mientras desarrollaban leucemia. A lo largo del ensayo, las células malignas no solo toleraron el aporte extra, sino que lo aprovecharon como combustible metabólico: al metabolizar la taurina, activaron la glucólisis, el proceso que descompone la glucosa para generar energía. Ese impulso energético se tradujo en una proliferación celular más rápida y en una enfermedad tres veces más agresiva que en el grupo control, lo que dejó a los investigadores ante una evidencia incontestable de la capacidad del aminoácido para favorecer la leucemogénesis.

¿Por qué preocupa la taurina?

Hasta ahora, la taurina era vista como un aliado terapéutico. Ensayos previos, citados por los autores, sugerían que su actividad antioxidante podía atenuar las toxicidades de ciertos fármacos citotóxicos. Esa reputación llevó a integrarla en protocolos de soporte nutricional para pacientes sometidos a quimioterapia. El nuevo trabajo, sin embargo, plantea que el mismo compuesto que alivia náuseas o fatiga podría, en determinados contextos, favorecer el crecimiento tumoral. La advertencia es especialmente relevante en leucemias y otras neoplasias mieloides, donde las células cancerosas circulan libremente por la sangre y están expuestas de forma directa a los nutrientes que el paciente ingiere.

Entre beneficios y riesgos

Los investigadores reconocen la paradoja: un suplemento recomendado para proteger al organismo podría convertirse en un arma de doble filo cuando la enfermedad afecta directamente a la sangre. Al observar cómo las células leucémicas “devoran” la taurina para encender su metabolismo, los autores invitan a replantear la balanza riesgo-beneficio. “Podría ser interesante considerar cuidadosamente los beneficios de la taurina suplementaria en pacientes con leucemia”, concluyen en el artículo. Esa frase sintetiza una inquietud que, de confirmarse en humanos, obligaría a rediseñar pautas dietéticas y guías clínicas.

Implicaciones para pacientes y consumidores

Más allá del ámbito hospitalario, la investigación salpica a la industria de las bebidas energéticas. Marcas populares incluyen dosis elevadas de taurina para mejorar la percepción de energía y resistencia. Aunque el estudio se limita a un modelo animal, los autores subrayan que la prudencia es aconsejable mientras no existan datos clínicos sólidos en humanos. El consejo es especialmente pertinente para quienes ya conviven con un diagnóstico hematológico o están sometidos a terapias inmunosupresoras. Cada lata consumida añade un aporte extra de un nutriente que, según el trabajo, puede convertirse en aliado del tumor.

Próximos pasos en la investigación

El equipo planea ahora trasladar sus hallazgos a ensayos clínicos. El objetivo será comprobar si la misma relación causa-efecto se observa en pacientes y, en caso afirmativo, determinar qué umbral de ingesta resulta seguro. También explorarán si otras neoplasias mieloides exhiben una tendencia similar a “alimentarse” de taurina. Mientras esas respuestas llegan, la recomendación es clara: evaluar caso por caso la conveniencia de este suplemento y no confiar en su aparente inocuidad por el mero hecho de ser “natural” o popular.

Con este nuevo capítulo, la taurina pasa de ser un simple ingrediente funcional a un factor que, en determinados escenarios, podría inclinar la balanza entre control y progresión de la leucemia. El debate científico y regulatorio acaba de empezar, y las futuras decisiones sobre su uso tendrán que sopesar con cuidado tanto sus virtudes antioxidantes como su potencial para potenciar el metabolismo de un enemigo tan temido como el cáncer de sangre.

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