Una pastilla común para dormir podría prevenir acumulación cerebral del Alzheimer

¿Te imaginas que la pastilla que guardas en la mesita de noche pudiera, además de ayudarte a conciliar el sueño, frenar el daño cerebral que provoca el Alzheimer? Confieso que cuando leí el nuevo estudio de la Universidad de Washington sentí una mezcla de sorpresa y escepticismo: ¿de verdad el sueño puede marcar tanta diferencia?

¿Por qué el sueño importa tanto en el Alzheimer?

Desde hace años sabemos que las noches en vela no son solo una molestia: la falta de sueño está ligada a una acumulación de beta‑amiloide y tau, dos proteínas que se agrupan en la enfermedad de Alzheimer. Los trastornos del sueño, de hecho, suelen aparecer antes de la pérdida de memoria. Por eso cada minuto de descanso reparador cuenta.

El pequeño experimento con suvorexant que despierta grandes preguntas

Un equipo liderado por el neurólogo Brendan Lucey puso a prueba a 38 adultos sanos, de 45 a 65 años, sin problemas cognitivos ni insomnio diagnosticado. Cada voluntario durmió dos noches en una clínica del sueño y tomó, al azar, una dosis baja o alta de suvorexant (un fármaco común contra el insomnio), o bien un placebo.

¿Qué midieron exactamente?

Antes de la pastilla y cada dos horas durante 36 horas, los investigadores extrajeron líquido cefalorraquídeo para rastrear los niveles de beta‑amiloide y tau. El sueño, curiosamente, fue igual de profundo en todos los grupos, pero los resultados bioquímicos contaron otra historia.

Menos proteínas tóxicas tras solo dos noches

Con la dosis habitual de suvorexant, la beta‑amiloide cayó entre un 10 % y un 20 % frente al placebo. La dosis más alta bajó de forma puntual la tau hiperfosforilada, la versión de la proteína que forma los ovillos mortales entre neuronas. Eso sí, la tau repuntó de nuevo en menos de 24 horas.

¿Significa esto que debo tomar suvorexant cada noche?

Sería tentador, pero no. El propio Lucey advierte que dos noches y 38 personas son un primer paso, no una receta médica. Además, las pastillas para dormir pueden crear dependencia y favorecer un sueño superficial, justo lo contrario de ese sueño de ondas lentas que el cerebro usa para “limpiar” desechos.

Un hallazgo valioso, una teoría en revisión

La idea de que las placas de proteínas causan el Alzheimer ha dominado la investigación durante décadas, aunque sin producir aún un tratamiento efectivo. Este estudio, publicado en Annals of Neurology, refuerza el vínculo entre sueño y proteínas tóxicas, pero no prueba que la pastilla detenga el deterioro cognitivo a largo plazo.

Mi reflexión final

Personalmente, me quedo con una lección sencilla: cuidar el sueño sigue siendo una de las mejores inversiones para nuestro cerebro. Mejorar la higiene del sueño o tratar problemas como la apnea es un paso seguro, accesible y sin esperar a futuros fármacos milagro.

¿Tú qué opinas? ¿Crees que priorizamos lo suficiente nuestras horas de descanso? Cuéntame tu experiencia y comparte este artículo con quien necesite un buen motivo para irse a la cama más temprano.

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