Encuentran dos monstruos prehistóricos escondidos en el sistema de cuevas más grande del mundo: son descubiertos después de 325 millones de años

El hallazgo de Troglocladodus trimblei y Glikmanius careforum en el mayor sistema kárstico del planeta ilumina la vida costera que prosperaba cuando Kentucky era un mar tropical.

Dos especies de tiburón nunca antes descritas —Troglocladodus trimblei y Glikmanius careforum— han sido identificadas por el paleontólogo John-Paul Hodnett y el Programa de Paleontología del Servicio de Parques Nacionales tras cinco años de prospecciones en Mammoth Cave (Kentucky, EE. UU.), la mayor cueva del mundo. El estudio, publicado en la Journal of Vertebrate Paleontology en 2024 y difundido de nuevo este mes, revela cómo eran los depredadores que patrullaban las aguas costeras hace 325 millones de años, cuando el este de Norteamérica yacía bajo un mar cálido y somero.

Dos cazadores del Mississippiense medio

Troglocladodus trimblei —bautizado en honor al superintendente Barclay Trimble, que localizó el primer diente en 2019— alcanza unos 3–3,6 m, un porte similar al tiburón oceánico de puntas blancas. Sus dientes, con ramas laterales, estaban diseñados para “enganchar” presas resbaladizas en aguas poco profundas. Glikmanius careforum, dedicado a la Cave Research Foundation, presenta una cabeza corta y una mordida poderosa: el fragmento de mandíbula juvenil hallado en la cueva conserva cartílago fosilizado, un tesoro rarísimo en tiburones, que sugiere que trituraba peces óseos y ortocones (parientes de los calamares con concha).

Un ecosistema tan vasto como olvidado

Los fósiles aparecieron en las formaciones de caliza Ste. Genevieve y St. Louis, estratos depositados cuando la región era parte de una llanura costera atravesada por estuarios. Hasta ahora se han catalogado más de 70 especies de peces en Mammoth Cave, trazando una secuencia casi continua de la evolución marina durante la construcción del supercontinente Pangea.

Colaboración bajo tierra

El proyecto, iniciado en 2019, combina científicos, espeleólogos y voluntarios. Equipos de la Cave Research Foundation se arrastran por conductos de apenas medio metro, cartografían cada recoveco y embalan dientes minúsculos antes de que un roce o la vibración de una bota los reduzca a polvo. “Cada avance en Mammoth Cave nace de la cooperación”, resume Trimble.

Por qué importa

Estos tiburones ctenacantos añaden una pieza clave al puzle evolutivo: retrotraen la aparición de Glikmanius 50 millones de años y confirman que los linajes cartilaginosos se diversificaron mientras los continentes se juntaban. Además, Mammoth Cave demuestra que los entornos estables —temperaturas de 12-14 °C todo el año, sin erosión— son bóvedas perfectas para cartílagos que normalmente desaparecen.

Lo que viene

El equipo planea aplicar tomografía computarizada portátil y fotogrametría para seguir el rastro de los peces en pasillos aún inexplorados. Con más de 670 km cartografiados y decenas por descubrir, Mammoth Cave sigue devolviendo fragmentos de un océano extinguido que una vez se extendió desde Kentucky hasta el norte de África. Los nuevos tiburones recuerdan que incluso los paisajes más estudiados todavía guardan secretos en la penumbra.

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