Europa Clipper calibra su radar REASON sobre Marte y se alista para buscar el océano oculto bajo el hielo de Europa.
¿Te has parado a pensar que, mientras lees esto, una nave ya está probando sus sensores para “bucear” bajo el hielo de una luna que nunca hemos pisado? Personalmente, me estremece la idea de que en 2026 podríamos acercarnos al océano oculto de Europa, la luna helada de Júpiter. Así lo advierte la NASA, y su mensaje suena casi como una invitación a prepararnos para lo desconocido.
¿Por qué la misión Europa Clipper mira primero a Marte, antes que a Júpiter?
Para ganar velocidad sin gastar combustible extra, la nave necesitaba la asistencia gravitatoria del Planeta Rojo. El 1 de marzo de 2025, Europa Clipper pasó de 5.000 a 884 kilómetros sobre la superficie marciana y, de paso, convirtió a Marte en un laboratorio improvisado. Allí entró en juego el radar REASON, diseñado para “ver” a través del hielo de Europa y, tal vez, detectar su océano interior. La Agencia lo describe como un instrumento capaz de sondear desde la superficie hasta el océano.
Antenas delgadas, datos gigantes
Confieso que me cuesta imaginar los 17,6 metros que abarcan los dos pares de antenas de REASON, desplegadas desde los paneles solares del tamaño de una cancha de baloncesto. Aun así, la sonda logró recoger 60 gigabytes de ecos radar en apenas cuarenta minutos. El equipo del Jet Propulsion Laboratory ya ha confirmado que las señales rebotaron sobre las llanuras volcánicas sin un solo contratiempo.
¿Qué nos dirá el hielo de Europa?
Cuando la nave vuele a tan solo 25 kilómetros de la superficie europea, el radar buscará bolsas de agua y observará cómo el hielo “captura” materiales del océano y los empuja hacia arriba. Comprender esa dinámica es clave para saber si allí podrían darse condiciones favorables para la vida.
El viaje apenas ha comenzado
Europa Clipper recorrerá en total unos 2.900 millones de kilómetros, con una nueva asistencia gravitatoria usando la Tierra en 2026. Por ahora, la nave está a 450 millones de kilómetros de casa, avanzando sin pausa hacia un destino que, hace solo una década, parecía pura ciencia ficción.
Siempre me pregunto cómo cambiará nuestra visión del universo cuando miremos directamente al océano de otra luna. ¿Tú qué crees? ¿Nos sorprenderá con señales de habitabilidad? Cuéntamelo en los comentarios y comparte esta historia con quien sueñe con explorar el sistema solar.