China rompe récord mundial perforando casi 11 kilómetros hacia el interior de la Tierra

El pozo más profundo de Asia combina la búsqueda de petróleo y gas con la obtención de datos inéditos sobre la corteza terrestre.

Perforar casi once kilómetros bajo un desierto del noroeste chino no es solo una proeza de ingeniería: es la nueva apuesta de China National Petroleum para asegurar recursos energéticos y, a la vez, descifrar la anatomía interna del planeta. Con el proyecto Shenditake 1, la compañía ha alcanzado los 10.910 metros de profundidad tras 579 días de trabajo repartidos en dos fases; un hito que convierte a esta perforación en la segunda más profunda del mundo y en la primera de Asia.

Doble objetivo: energía y ciencia

El objetivo inicial es inequívoco: localizar nuevos yacimientos de petróleo y gas que garanticen el futuro industrial del país. Sin embargo, la magnitud del pozo ofrece una oportunidad científica sin precedentes. Gracias a la longitud del sondeo, los ingenieros han obtenido los primeros perfiles geológicos asiáticos a 10.000 metros de profundidad, además de muestras de roca que hasta ahora permanecían fuera del alcance humano. Estos registros ayudarán a reconstruir la evolución de las capas más profundas y a refinar los modelos sobre la dinámica terrestre.

Desafíos técnicos de la perforación extrema

La hazaña no ha estado exenta de obstáculos. Capas de roca ultradensa, temperaturas elevadas y presiones capaces de comprometer cualquier maquinaria se interpusieron en el camino. Según Wang Chunsheng, ingeniero jefe del proyecto, el equipo debió rediseñar continuamente la estrategia de perforación para superar la inestabilidad del terreno, la fatiga de materiales y el riesgo de cargas excesivas. Cada metro conquistado proporcionaba datos inéditos, pero también planteaba desafíos técnicos inéditos.

Un nuevo pulso hacia el interior de la Tierra

Más allá de la marca numérica, Shenditake 1 simboliza la apertura de una nueva carrera hacia las entrañas del planeta. La empresa ya ha anunciado su intención de profundizar aún más en busca de reservas energéticas situadas a mayor cota y de información geológica capaz de iluminar los procesos que dieron forma a la Tierra. Si las perforaciones futuras confirman la viabilidad de estas rutas, la frontera de los 11.000 metros podría convertirse en un simple trámite hacia objetivos todavía más ambiciosos.

Implicaciones de Shenditake 1 para el futuro

Por ahora, la perforación récord certifica que la suma de perseverancia y tecnología permite a la humanidad mirar con otros ojos el subsuelo. Cada testigo de roca extraído y cada sensor recuperado del fondo del pozo añaden una línea al relato de cómo se formó y evolucionó nuestro planeta. Y todo indica que Shenditake 1 es, apenas, el prólogo de una exploración que pretende llegar mucho más lejos.

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