Las columnas de Salvador Sostres en el diario ABC no dejan de sorprendernos. Si en anteriores opiniones lo hemos visto comparando el nivel de riqueza con el intelectual o afirmando que “saber idiomas es de secretarias”.

Este lunes, Sostres ha decidido hablar sobre la corrupción, pero no para criticarla o proponer soluciones a su eliminación, lo ha hecho para justificarla como un mal menor en determinados casos. Y para ello ha puesto el ejemplo del negocio de su familia.

En la contraportada del ABC, Sostres ha contado cómo su abuela tenía a un “empleado de confianza” que robaba, “administraba en B a su manera” y ella lo sabía, pero le dejaba “porque los números le cuadraban”.

Pero cuando su madre se hizo cargo del negocio despidió a este empleado “y suspendimos pagos”. El también polémico tertuliano de la cadena COPE sostiene que “en mi familia la lucha contra la corrupción dio como resultado que el negocio ya no sea nuestro”.

“Propinas en B”

Tras este ejemplo, Sostres entra en materia y llega a calificar de “propinas en B” a los pagos a diversos dirigentes del Partido Popular que supuestamente recogen los papeles de Bárcenas.

El columnista asegura que “España vivió peligrosamente cuando por unas propinas en B estuvo a punto de caer en la suspensión de pagos populista”, en referencia a los papeles de Bárcenas y los resultados del PP en las elecciones de diciembre de 2015, tras las que se vivió una legislatura fallida al no conseguir nadie formar Gobierno.

Dimisión en la DGT

Salvador Sostres pone otro ejemplo en el que, a su entender, se debería haber dejado pasar la corrupción para “defender el talento y los intereses del Estado”. Es el caso de la exdirectora de la DGT, María Seguí, que dimitió el pasado julio tras ser acusada de tráfico de influencias.

El columnista asegura que la marcha de Seguí se produjo “por no más que minucias”, acusando hasta a la derecha de hacer “seguidismo de las irrisorias acusaciones”.

Contratos sin importancia

Sostres no se queda ahí y pone otro ejemplo de corrupción política, esta vez internacional, para justificar que “cuando mandan los puristas el día termina con recuento de cadáveres”. Es el caso del candidato conservador a la presidencia francesa, François Fillon, el cual ha sufrido una fuerte caída en los sondeos después de conocerse el escándalo de los supuestos empleos ficticios a miembros de su familia.

A este respecto, Sostres considera que “por un par de contratos sin la menor importancia”, Francia no va ver a Fillon de presidente y “lo mucho que el exprimer ministro podría aportar a Francia y a Europa. Os merecéis a Le Pen, cretinos”.

El columnista se despide con otra contundente afirmación, fiel a su estilo: “Tras el foco sobre la corrupción sólo hay alguien que no sabe qué decir”.