Este lunes el Consejo de Administración de RTVE vive una reunión muy especial. Por un lado, porque se cumplen dos años de la llegada a la radiotelevisión pública de su actual presidente Leopoldo González-Echenique. Por otro, porque los miembros del Consejo y su ‘jefe’ a la cabeza, se disponen a vivir lo que podría calificarse de su ‘ultima oportunidad’. De hecho el viernes el Gobierno tuvo que aprobar una aportación extraordinaria y urgente de más de 100 millones de euros extra para salvar la quiebra de la Corporación, a la que ha llevado a una situación desesperada un modelo que se demuestra ya inviable: ‘la televisión de partido’

De 'presidente de consenso' a 'presidente de partido'
RTVE había sido una de las grandes joyas de la corona del Gobierno Zapatero. Y lo había sido porque le había dado libertad. En el año 2006 el Gobierno socialista cumplió su compromiso electoral de buscar el consenso en la elección de los altos cargos de los medios públicos, y Luis Fernández fue elegido en el Congreso con el voto favorable de 266 diputados, entre ellos, los de PSOE y PP. Se ponía así en marcha una ley de RTVE que forzaba a que la elección del Presidente de la Corporación tuviera el respaldo de, al menos, dos tercios de la Cámara. La misma situación se repitió, tras la salida de Fernández, con la llegada de Alberto Oliart, que también contó con el respaldo consensuado de la mayoría parlamentaria.

Pero el PP, que en la oposición 'se benefició' de esta situación, tardó sólo meses tras su llegada al poder en voltear la necesidad del consenso para el nombramiento del presidente de RTVE. En abril de 2012 cambió la ley que había impulsado Zapatero, y en junio elegía en práctica soledad en el Congreso, 194 diputados le apoyaron, a Leopoldo González-Echenique. Era la muerte del modelo de RTVE plural y de consenso, y la de la recuperación de ‘la televisión de partido’.

Quiebra económica, de audiencias, de credibilidad...
Dos años después de este ‘cambio’, la situación de la radiotelevisión pública muestra la dimensión del error.., o del acierto si lo que pretende el PP, como muchos temen, es el enterramiento de una radiotelevisión pública fuerte y con peso en el panorama audiovisual. Como decimos, su situación económica es de quiebra técnica, con una deuda que supera los 700 millones de euros, y que se ha visto incrementada en el último ejercicio con un nuevo déficit de 115 millones.

Pero quizás aún peor para ella, su quiebra es igual de contundente en el seguimiento y la confianza entre los espectadores y los oyentes. Cuando ocupó su puesto, Leopoldo González-Echenique (abogado de estado compañero de promoción y amigo íntimo del marido de la vicepresidenta, Iván Rosa, y de la propia Soraya Sáenz de Santamaría) se encontró con una TVE que miraba de frente a Tele 5 y Antena 3 en la guerra de audiencias. Tenía entonces un share de 12.2 que dos años después ha caído dos puntos, hasta el 10.2. Pero que ya se ha visto por debajo incluso de los dos dígitos. Situación que, por cierto, se está repitiendo en este mes.

TVE cae a 'la segunda división' de las teles, RNE pierde casi uno de cada tres oyentes
Pero lo peor, este reflujo de las audiencias para la televisión pública está teniendo lugar en un mercado que aumenta para todos los demás. No sólo para Antena 3 y Tele5, que en estos dos años han visto cómo mejoraban sus rendimientos, sino también para sus ‘marcas segundas’, LaSexta y Cuatro respectivamente. Una ‘segunda división’ de las televisiones en la que ahora es en la que, por índice de audiencias, está a punto de pasar a jugar la capitidisminuida TVE.

La situación en RNE no es mejor. Cuando González-Echenique pasó a ocupar el cargo, la radio pública superaba 1.800.000 oyentes. Dos años después ha perdido casi un tercio de seguidores, y apenas es sintonizada por 1.300.000.

Los desplantes de Montoro
La aportación extraordinaria de 130 millones que ha forzado Moncloa, es posiblemente el último balón de oxígeno que Soraya Sáenz de Santamaría hace a su amigo González-Echenique. Lo hace porque no quiere tener que cesar a todo el consejo de Administración y su presidente por ley, por acumular déficits prohibidos año tras año, pero no sin resistencia de miembros del propio Gobierno y de Génova, 13 .

El principal opositor, quien da el dinero: el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Resulta patente la antipatía que Montoro y Echenique se profesan. Los ajustes económicos que el presidente de RTVE se muestra incapaz de llevar a cabo como causa inicial del desencuentro. Hace muy pocas fechas se vivió una prueba muy sonora de esta situación: Montoro, que tenía confirmada su presencia en Los Desayunos, canceló la entrevista en el último momento y envió en su lugar a su secretario de Estado.

Un 'plan de eficiencia' que causa pánico en la plantilla.., mientras se pagan 13.000 euros por programa a Mariló Montero
La ayuda que ahora da el Gobierno no llega, sin embargo, ‘libre de cargas’. González-Echenique ha anunciado a los consejeros que ‘para celebrar’ su segundo cumpleaños al frente de RTVE va a presentar un “plan de eficiencia” que la plantilla de la Corporación más que intuye que va a incluir, además de un empobrecimiento de su oferta, en un considerable recorte en gastos de personal. O lo que es lo mismo, en los salarios de los 6.500 trabajadores.

La irritación entre el personal de la empresa se acentúa cuando comprueban que mientras tienen en el horizonte esas rebajas en sus nóminas, leen cómo, por ejemplo, se traslada a la madrugada un programa como 'El pueblo más divertido' , que cuesta tres millones de euros y por el que su presentadora, Mariló Montero, percibe 13.000 euros por cada edición.

Guerra entre altos cargos
Los problemas que se anuncian para González-Echenique no se limitan, sin embargo, sólo a los trabajadores, con los que acaba de firmar un convenio de mínimos que ahora se podría ver obligado a dinamitar  . También con su estructura de altos cargos.

Como les hemos venido contando en ELPLURAL.COM, el director de Informativos, Julio Somoano, y el responsable último de los programas, el director de TVE, Ignacio Corrales, viven una larga guerra interna en la que se acusan mutuamente de la responsabilidad por el continuo descenso de audiencias. En su comparecencia de la pasada semana ante la Comisión de Control de RTVE González-Echenique tomó claro partido en el conflicto por Somoano, sin importarle para ello 'manipular' los datos de audiencia.

Lo que tiene su explicación si se recuerda que ambos, Echenique y Somoano, son elección directa de Moncloa (de las oficinas de la Vicepresidenta y la Secretaria de Estado de Comunicación), y juegan su papel cumpliendo sus ‘órdenes’ frente al deseo de Génova, 13 de agudizar el uso de los telediarios en favor del PP.

Cospedal quiere una TVE 'sin complejos'
Como les contamos en su momento, el pasado fin de semana del 7 de junio, en el Parador de Toledo Mariano Rajoy reunión a su llamado ‘Comité de Dirección’, en el que a la cúpula del partido se unieron los portavoces parlamentarios y sus asesores, encabezados por Pedro Arriola. La idea era analizar la debacle de las elecciones europeas que ha vivido el PP, aunque la han intentado esconder tras el cacareo que se vive en la acera de enfrente socialista.

En esa reunión, al hablar de RTVE, María Dolores de Cospedal, haciendo de portavoz de muchos otros barones, cada vez más nerviosos ante la cercanía de las elecciones autonómicas y municipales y las encuestas que les anuncian malos resultados, vino a pedir que puesto que con lo que ellos ven como ‘manipulación light’ de los telediarios les llueven críticas igualmente, se diera el control de la información en esa casa a quienes recuperarían sin complejos una línea editorial similar a la que se vivió en la empresa en los tiempos de Urdaci.

Quiebra económica, desastre de audiencias, enfrentamientos internos, descontentos de quienes le pusieron en el cargo.., esa es la herencia que cuando se cumplen sus dos años en el cargo, ha acumulado Leopoldo González-Echenique al frente de RTVE.