Hace apenas dos meses que España entera tuvo la mirada puesta en un pueblo de Málaga, Totalán. El pequeño Julen, de tan solo dos años, estaba con su familia en el campo y se precipitó a un pozo de la zona.

Todo el país sabía lo que pasaba, prácticamente al instante, ya que era el tema principal de todos los programas de radio y televisión, sobre todo los que tenían emisión en directo. Desde el 13 de enero, cuando se denunció que el niño había caído al pozo, hasta el 26 de enero cuando se encontró su cuerpo, las cadenas de televisión contaban minuto a minuto lo que pasaba en aquella finca.

Sin embargo, la cobertura de grupos como Mediaset o Atresmedia, entre otros, fue excesiva, a la par que sensacionalista y sin rigor alguno. Hasta tal punto, que ha sido analizada y denunciada por el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA).

El informe que ha difundido el CAA contiene datos sobre las horas que ocupaba la información sobre el pequeño Julen, y afirman que las cadenas ocuparon tiempo desmedido con el objetivo de conservar la incertidumbre informativa.

La cadena que más horas dedicó a la tragedia fue Telecinco, siendo la cadena con más programas en directo, con más del 21% de su emisión total, lo que equivale a unas 54 horas durante los espacios de El Programa de Ana Rosa (alrededor de dieciséis horas), Ya es mediodía (más de once horas), las diferentes ediciones de Sálvame (casi diez horas) e Informativos Telecinco (más de 9 horas).

El CAA computa un total de 228 horas, de las 1.631 totales, contando todos los canales que informaron de los hechos. A Telecinco le siguen cadenas como Canal sur, con un 15,4% de sus horas, Antena 3 con un 12,7%, La Sexta con un 11,7%, y La 1 con un 9,6%.

El programa Espejo Público, de Antena 3, fue uno de los programas que más espacio dedicó al caso de Julen, con casi once horas de su programación total, además de elaborar diferentes especiales sobre el caso.

Según el CAA “se preservaron los derechos del menor”, y subrayan además las malas prácticas al utilizar medios “pseudoinformativos”.

“Se han encontrado imágenes de los padres captadas con teleobjetivos cuando aún no habían comparecido ante los medios”, denuncia el informe, recalcando que no es una práctica ética dentro del periodismo. También se critica las entrevistas a familiares o personas cercanas a la familia, en momentos delicados, como la entrevista a la abuela del pequeño en El Programa de Ana Rosa.

Estas acciones se realizaron así “para mantener una tensión pseudoinformativa cuando no se registran novedades y con la intención de mantener el dramatismo: utilización de música y efectos sonoros, conexiones en directo sin novedad informativa, reiteración de imágenes sin valor informativo”. El CAA destaca que todas estas prácticas son más descaradas en programas dedicados al entretenimiento, donde también se dedicó espacio a la información de Julen, lo que para ellos “deteriora el rigor y la calidad de la información que se ofrece en favor del sensacionalismo”.