Desde que empezó el Estado de Alarma y el confinamiento por el coronavirus, Iñaki Gabilondo realiza desde su casa su habitual videoblog para la Cadena SER. Y en el de este lunes ha querido tener unas palabras desde su "conciencia de privilegio", del que vive con "una familia bien avenida y una casa espaciosa", mientras que muchos españoles conviven "con los que no aman, o mucho peor, a quienes temen; en los amontonados en viviendas minúsculas, mal acondicionadas o con niños que ahogan y adolescentes que se ahogan".

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El periodista también ha tenido un recuerdo para "las personas que trabajan en la primera línea conrta un enemigo terrible e invisible y que espero que nos ayude a entender para siempre qué es el servicio público". 

"Nada es comparable al gigantesco acontecimiento que significa un país encerrado, millones de personas aisladas, presas del desconcierto y del miedo", ha señalado Gabilondo, mencionando "a esa muchedumbre de resistentes en la retaguardia". 

Gabilondo ha confesado que habla desde "una conciencia de privilegio como pocas veces había sentido", porque tiene "la fortuna inmensa de disfrutar de una familia bien avenida y una casa espaciosa". Por lo que ha dedicado un pensamiento a "los que conviven con los que no aman, o mucho peor, a quienes temen; en los amontonados en viviendas minúsculas, mal acondicionadas o con niños que ahogan y adolescentes que se ahogan; sin recursos, o a punto de perderlos; en los que están solos y en el límite; los que están sin hogar, y en los viejos asustados; y por encima de todo, los que están enfermando y muriendo en soledad, lejos de sus allegados". 

Frente a las "miserias políticas" en las que "no quiero detenerme porque solo quiero enviar un afectuoso saludo a quienes nos escuchan, asustados y desconcertados como yo lo estoy", Gabilondo se ha referido a la "explosión de gestos solidarios o de creatividad e ingenio para mantener el pulso social. Nada que no existiera ya, la variedad humana y social de siempre, pero que, como la tinta invisible, no se nos revela hasta que se aplica el reactivo adecuado". 

"Y propongo que guardemos en un cajón los abrazos que no estamos pudiendo dar; algún día nos harán falta", ha concluido.