La noticia del chalet y de la hipoteca a tipo fijo de Pablo Iglesias e Irene Montero nos hace evocar, irremediablemente, a los expertos en el mercado, entre otros, el inmobiliario, Simón Perez y Silvia Charro.  La caricaturización de los líderes de Podemos, basado en un evidente cambio de discurso, es ya imparable.

La gravedad del asuntó está en no practicar con lo que uno comulga. 

Cuando pensábamos que tanto Pablo Iglesias como Irene Montero serían los protagonistas de esta semana, van y detienen a Eduardo Zaplana.  Es de suponer que Los Chikos del Maíz estarán contentos: “No estoy feliz porque Zaplana lo deja estaré feliz el día que lo vea entre rejas”, dicen en Hidden Track. Existe otra frase de la pareja de raperos que se refiere a lo más importante del exministro de Aznar: su piel: “Y es triste que un Nobel de la ciencia diga que la raza negra tiene menos inteligencia. Lo mismo en Zaplana su estudio ha basado, que pierde inteligencia conforme gana bronceado”.

Lo de Zaplana también nos ha servido para darnos cuenta de que Rafael Hernando es como Dexter. O Terminator

En Podemos deben estar contentos con la detención de Zaplana. Sólo por haber desaparecido de la primera plana ya que en España, al Partido Popular no le afectan los casos de corrupción. Son casi 900 casos y Rajoy continúa, parsiomonioso, como si nada. Albert Rivera tampoco sufre electoralmente por incongruencias en su discurso. Sin embargo, Podemos, a diferencia de sus rivales, está implosionado por incoherencia política ¿Por qué? 

Por ejemplo, el PP tiene excusa. Es el partido del vino y del tabaco. 

Continuando el repaso semanal, esta semana Valtonyc ha huido a Europa. 

Y nadie mejor que Ignatius para explicar esta situación:

Después de tantos protagonistas, el jueves se publicó la sentencia de la trama Gürtel. Un hecho que ha permitido rescatar diferentes tuits sobre la teórica injusticia que suponía que Bárcenas estuviera en libertad. Pero claro, el extesorero del Partido Popular ha sido condenado a 33 años de cárcel. Y Otegui en libertad. “Hay que decirlo más”.