El Consejo de Informativos ha publicado para la redacción de Informativos su informe trimestral que desglosa todos los casos de manipulación informativa que ha detectado entre octubre y diciembre de 2017. Son casi 50 casos registrados en tres meses a los que hay que sumar el monográfico que realizaron centrado sólo en Cataluña y el desafío independentista.

Los casos más gravosos son la censura de la comparecencia del inspector jefe de la UDEF, Manuel Morocho, quien en el Congreso de los Diputados aseguró que Mariano Rajoy cobró “indiciariamente” dinero en negro o el silencio impuesto a la masiva manifestación que recorrió Valencia el 18 de noviembre para pedir una financiación autonómica más justa, en la que el Partido Popular fue la única formación que se negó a participar.

También se registran malas prácticas, como el uso de cámaras ocultas en el programa La Mañana de TVE, que prohíbe su código ético, o la ausencia de información sobre los incendios que arrasaron Galicia y parte de Asturias, “lo que supuso que los ciudadanos tuviesen que informarse en otras cadenas de televisión”.

El informe, que el Consejo de Informativos enviará al Consejo de Administración, tal y como señala el Estatuto de RTVE, hace un extenso repaso a los acontecimientos de estos últimos tres meses y al tratamiento dado en la televisión pública. Por ejemplo, en octubre, las continuas manifestaciones que se dan en Murcia para pedir que el AVE se sotierre y no divida a la población, son descritas como “actos vandálicos” en TVE. O se da un desproporcionado seguimiento al cierre de la Gran Vía en Madrid, con directos y piezas, a pesar de ser un asunto local.

También se ocultaron las palabras de Pablo Casado, portavoz del PP, cuando amenazó a Carles Puigdemont con “acabar” como Lluis Companys, detenido en 1934 y fusilado en 1940. O el precio de la luz, que el 23 de octubre alcanzó su precio más alto del año.

Noviembre está marcado sobre todo por noticias sobre Cataluña, con bulos sobre Carles Puigdemont pidiendo asilo en Bélgica o la calificación de “espantada” para hablar de su marcha a Bruselas. También se censura el aniversario del primer crimen de odio, se incluye publicidad encubierta sobre sanidad privada y se usan cámaras ocultas para hacer un reportaje sobre el Black Friday.

En diciembre, se maquillan los malos datos del paro con frases del tipo “Noviembre suele ser un mal mes para el empleo..." o referencias a Cataluña. Se oculta que la investigación a policías locales de Madrid es por insultar a la alcaldesa Manuela Carmena. Y se reciben quejas internas sobre el tratamiento que se da a la presunta agresión sexual a una menor por parte de tres jugadores de la Arandina a los que se intenta retratar como “muy majos” y, a la presunta víctima, como “una mala chica”.

Así hasta rondar los 50 casos registrados en 92 días. Día sí, día no, es lo que tienen que sufrir periodistas y espectadores.