Desde las comisiones de control parlamentario a los medios de comunicación públicos, descubrimos las numerosas denuncias sobre parcialidad, manipulación y censura, así como la vulneración legislativa en materia de igualdad o la mala gestión que se hace de nuestros impuestos, pagando sobrecostes a productoras privadas para productos televisivos de contenidos polémicos y de dudosa calidad.

RTVE: ejemplos de censura y manipulación

El código deontológico que recoge el Consejo de Informativos de TVE, un órgano profesional que vela por las buenas prácticas de la cadena, recoge en sus informes numerosos incumplimientos que dibujan a un ente público entregado a los intereses del Gobierno.

Según el diagnóstico de sus propios profesionales, se hacen auténticos malabarismos para ocultar o minimizar los problemas judiciales del PP. Un claro ejemplo es la comparecencia del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, en la Audiencia Nacional, que si bien abrió los informativos nacionales, en la escaleta del Telediario de TVE se relegó a ir tras la información de las elecciones en Gran Bretaña. Este hecho se agravó por la utilización del argumentario del partido del Gobierno en la pieza informativa, tal y como recordó el diputado del PSOE José Zaragoza, en la comisión de control parlamentario al presidente de RTVE, haciéndose eco de la denuncia del Consejo de Informativos, en el que se aseveraba que fue dado a la redactora por la directora de contenidos de la cadena, Carmen Sastre.

Desde este organismo de control son muchos los requerimientos que se han hecho al presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, que van desde la externalización de programas y la subcontratación de estudios, por no potenciar la producción propia, lo que supone un incremento del gasto, hasta la contratación discrecional o ‘a dedo’ de personal ajeno a TVE, actualmente la mitad de la redacción de informativos, con el objetivo según aseveran desde el grupo socialista en la comisión de crear “una redacción paralela, pero afín al PP”; pasando por la cobertura del pasado 1-O con “información sesgada”, “subtítulos inventados con declaraciones inexistentes” y “sin preguntas a los responsables de la Generalitat”. “Fue una jornada histórica y RTVE no hizo especiales como todas las televisiones”, como se ha denunciado también desde esta comisión.

Más de lo mismo en TV3

La objetividad tampoco tiene cabida en los medios públicos catalanes. La imparcialidad a lo largo de toda la deriva independentista ha quedado patente al asumir el mensaje del ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont en que el reclamaba “el derecho a decidir”. Del mismo modo el canal 324 de TV3, ha sido el encargado de hacer la crítica a la manifestación contra la independencia que tuvo lugar por las calles de Barcelona, como también ha sido muy cuestionable la aparición de un printer con un tuit amenazante: “#mes324 El pueblo catalán ha hablado bien claro en cuanto a UDC. Hay que apuntar en la cabeza, sino estos políticos zombies no dejan de moverse", al líder de UDC, Ramón Espadaler, durante una entrevista en directo. Sobre este hecho el parlamentario del PSC, David Pérez, ha interpelado a la presidenta en funciones del Consejo de Gobierno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, Núria Llorach, afirmando que “son muchas veces en que emiten tuits y después se tienen que arrepentir de lo que han hecho. Hacen publicaciones de gente anónima, de personas que piden un disparo a la cabeza, otros despectivos a la ciudadanía o a líderes políticos que estamos aquí y que no pensamos como ustedes, contribuyendo a la fractura de la sociedad catalana”. Además el socialista, también ha señalado la bajada paulatina de audiencia en los medios públicos catalanes, la falta de pluralidad informativa ya que “la crisis del PSOE, se comenta en la radio pública con cinco tertulianos, cuatro de Junts pel Sí y uno de la CUP”, así como la utilización de un lenguaje determinado, con la acuñación del término “unionistas” o la afirmación de que “la culpa de los niños que tienen hambre o tienen frío, en este país, la tiene la oposición”.

En declaraciones a este medio, David Pérez, asevera que “la falta de pluralidad en TV3 y en Catalunya Radio es más que evidente. Durante el proces se han convertido en medios de comunicación que apostaron por ser la tele y la radio de una parte de los catalanes. Eso provocó que mucha audiencia fiel a TV3 acabara cambiando de canal, y tanto las audiencias como los ingresos por publicidad se han visto afectados de forma clara." Pérez concluye su análisis asegurando que a menudo “cuando se denuncian casos de manipulación en TV3 se contesta que en TVE también se hace, o que lo es peor, se acepta la idea de que es necesario usar TV3 para responder al uso de TVE por parte del PP. Nos han sometido a una guerra de propaganda?”.

Desde este medio también nos seguimos preguntando si esta es la verdadera función de servicio público que deben prestar los medios que la ciudadanía costeamos.