Intereconomía es un auténtico bastión de la España profunda, esa que sigue anclada en tiempos pretéritos y carentes de libertad. Una vez más lo han vuelto a demostrar. En un programa en tono humorístico - supuestamente, claro -, se dedicaron a parodiar a una aplicación de móvil que identifica la condición de sexual de las personas. Una app que ni mucho menos existe, desde luego. 

En el espacio bautizado con el nombre de Gracias por nada, los presentadores del programa bromeaban con sus teléfonos móviles y buscaban la hilaridad mediante un supuesto reconocimiento facial - preparado antes, lógicamente -. El fin, como se señala en el párrafo anterior, era, en clave de 'humor', identificar la condición sexual de los allí presentes y de tres candidatos - escogidos al más puro azar, por supuesto -. Dos colaboradores y Eduardo García Serrano, quien fuera protagonista de 'La Caverna' hace unos meses

En el momento en el que los presentadores se reconocieron, cuando le tocó el turno a él, y la 'aplicación' declaró su heterosexualidad, este dijo: "Normal, soy del Atleti". Una frase fuera de lugar sin duda alguna. Ahora le tocaba a los tres individuos que la fortuna - en este caso llamado guión - designó. El primero colaborador, al pasar el reconocimiento y ser identificado como heterosexual, se alegró y dando botes señaló: "¡Vamos! Te lo dije. Yo soy español, español, español". Sí, comparó ser heterosexual con ser español. Sólo pasa en Intereconomía. 

Pero no se vayan todavía, ahora es el turno del 'Comandante' Eduardo. En este momento, la aplicación se aterrorizó y no quería ofrecer su resultado final sobre esta 'autorizada' voz del periodismo español. Su negación desembocó en una amenaza del conductor del espacio: "Hazlo o te encierro en una fosa en el Valle de los Caídos". Ante semejante advertencia, la máquina se puso manos a la obra y calificó a Eduardo García Serrano como falangista. La respuesta hizo que se le hicieran los ojos chiribitas. Y es que García Serrano felicitó a la aplicación a la par que hacía el saludo fascista. Tras esto, abandonó el escenario como si de un militar se tratara. Así fue el despliegue humorístico de Intereconomía. Un delirio absoluto.