Cuando un ciudadano salta al tablero político y adquiere cierto protagonismo, su vida cambia. La vida personal se torna pública. Va en el cargo. Los asuntos privados se convierten en dominio público por la trascendencia del personaje. Y eso es lo que le ha pasado a Pablo Iglesias, quien, en plena crisis secesionista, está copando portadas de diarios por sus relaciones de pareja. A principios de esta semana un artículo de Periodista Digital prendió la mecha de la rumorología: el secretario General e Irene Montero se habían dado un tiempo. Una información que ha traído cola.

Pablo Iglesias es el único de los líderes de las principales formaciones políticas de España que sufre el acoso de los rumores por sus noviazgos. Primero fue Tania Sánchez, quien tras la ruptura acabó en el gallinero. Luego, se conjeturó (machistamente, dicho sea de paso) con el ascenso de Montero como portavoz del Grupo Unidos Podemos. Y ahora, varios medios se aventuran a confirmar la ruptura entre Iglesias y la portavoz parlamentaria e, incluso, ya le buscan nueva novia al líder morado.

En las últimas horas el nombre de Paula Vázquez ha ganado entero tras un tuit publicado por el columnista de La Razón, Afonso Ussía.

Rápidamente, las redes han tomado las riendas y han empezado a conjeturar. ¿El resultado? A la presentadora Paula Vázquez, de la noche a la mañana, la han colocado al lado de Iglesias. Vanitatis se ha puesto en contacto con Vázquez y se ha tomado los rumores con humor. A la pieza en la que revelaban esta información, se le ha añadido otra: Montero habría confirmado la crisis a su entorno. Y por si fuera poco, se ha recuperado un vídeo en el que la presentadora alababa a Montero: “Me he acercado [al Congreso] solo por las ganas que tengo de verla. Como mujer me parece un ejemplo. Gracias, muchas gracias tía. Que grande eres”. Estas eran las palabras que le dedicaba la presunta nueva pareja de Iglesias a su presunta expareja.

Lo único que queda claro con toda esta historia es que Iglesias ha sido nuevamente acosado por la rumorología. La pareja sentimental del secretario General, independientemente de quien fuera, siempre ha despertado interés. Hasta el propio Rafael Hernando, portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados, con un comentario que hizo las veces de oda al machismo (incluso provocó las lagrimas de Montero), se inmiscuyó en la relación. Parece que la vida personal de los políticos preocupa, y la creciente tendencia a la rumorología también debería hacerlo.