Sincero, cercano y con la sensación de ser ciudadano de este mundo. Así se mostró Javier del Pino en una entrevista concedida a la revista Jot Down en donde habló del transcurso actual de su etapa en Estados Unidos, su vuelta a España y la situación del periodismo actual en nuestro país.

“Ir a Londres era el momento más espectacular del año; comprar discos en Notting Hill, era el lugar en el que quería estar. Recuerdo que acabé siendo corresponsal y había mucha gente que quería ser corresponsal, en todas las redacciones de todos los periódicos”, explicó Javier al comienzo de la entrevista.

“Es verdad que si la redacción tiene una edad media más avanzada es más difícil movilizarte. A mí sí que me importa mucho lo que hacemos en radio, indagar en el efecto de la política más que en la política en sí, me importa entender un poco más lo que significa ser español, que es algo de lo que yo me he despegado y que me cuesta comprender”.

La sensación de cambiar de país, viajar y conocer nuevas culturas

“Es difícil entender lo que supone cambiar de país”. No hablamos de breves estancias, sino de periodos más prologados. Javier lo sabe. El sistema sanitario o el sistema educativo te hacen ver cómo maneja cada país sus manivelas y cómo está superpuesto todo.

“Había un viejo periodismo, por lo menos en España, y es común, que decía que los corresponsables tenían que estar un mínimo de dos años y un máximo de cuatro, y cuando me fui lo compartía al cien por cien. A medida que llevas cinco, que llevas ocho, que llevas diez, que llevas doce, es cuando realmente las cosas pasan. Yo puedo entender por qué ha ganado Trump. Si yo estuviera recién llegado o fuera un lector no bien informado, no sabría explicarlo”, destaca.

Tipos de corresponsales

“Yo creo que hay otros dos tipos de corresponsales. Los tengo tipificados a todos, porque los he visto llegar y marcharse. Están los ‘corresponsales solemnes’, que son los que llegan a la corresponsalía y te dicen en el día uno: “Yo no voy a hacer crónica, yo voy a hacer análisis”, y dices: “¡Joder! Si está recién llegado, si no entiende nada”, y de estos hay muchos. Estos son habitualmente aquellos que antes eran directivos y se les busca una salida digna enviándoles a una corresponsalía, estos son el tipo uno”, comenta Javier para Jot Down.

“El tipo dos, que es el tipo que yo detestaba y supongo que sigue pasando, es lo que yo llamaba los ‘corresponsales de paella’, que son aquellos que, estén donde estén, se juntan los domingos para hacer una paella y hablar de fútbol. Se niegan a aceptar que no están en España, entonces tienen que recrear de alguna manera España.  Ni siquiera se molestan en aprender el idioma, se apañan como pueden”, continúa.

Obsesión por el fútbol

Uno de los aspectos más curiosos son las raíces que ha empezado a echar el fútbol en España, algo catalogado por Javier como una “obsesión enfermiza” que se debe sobre todo al alto nivel de ‘famoseo’ que ha ido adquiriendo el deporte rey con el paso de los años.

Añade que, todo esto desemboca en un embrutecimiento  que provoca que el fútbol sea la única “actividad en la que nada más importa, hasta el punto de que, por ejemplo, en la radio, es el único acontecimiento de la semana que se permite anular la información”.

“En la Cadena SER solamente no hay boletines cuando hay fútbol. Si a mí se me ocurre proponer: “Oye, yo no quiero que haya boletines en mi programa”, seguramente tendría una gran discusión tras la cual sería despedido por enajenación mental, pero cuando empieza el fútbol se acaba la información. ¿Qué mensaje estamos mandando con eso? Yo creo que esto es un problema, y que conste que no digo que tengamos que prohibir el fútbol y estar todos leyendo a Kant”.