Pedro Sánchez, Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero… la cúpula del PSOE reclama a Mariano Rajoy y a su Gobierno que den una salida negociada a la crisis catalana. Los socialistas han dejado claro que es imprescindible hablar, porque el diálogo es prácticamente la única salida. Sin olvidar que con políticos independentistas en prisión la situación está cada vez más y más enrarecida.

El secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha destacado la necesidad de un acuerdo nuevo. “Para convivir hay que hablar, y esa no es la actitud del Gobierno, sino más bien que otros le hagan la faena”. Ya no sé si es por incapacidad, porque el PP es irrelevante en Cataluña o por su propia voluntad, añadía Ábalos.

Cierto es que la sensación que provoca Rajoy es que  Cataluña no le interesa. Ha soltado el marrón a los jueces y allá se las compongan. Más aún, se diría que subyace en los populares, con su presidente a la cabeza, un cierto regocijo  por el  barullo que ese enfrentamiento alienta en el resto del Estado.

Cierto es que la sensación que provoca Rajoy es que  Cataluña no le interesa. Ha soltado el marrón a los jueces y allá se las compongan

El domingo pasado, la BBC recogía la nutridísima manifestación de millares de catalanes independentistas reclamando la libertad de los presos, concediendo a este acto más atención que al trágico conflicto de Siria. Por mucho que los palmeros populares argumenten que Europa apoya a Rajoy Brey, lo que se percibía en las noticias del prestigioso medio británico era la censura hacia la inacción política que ha permitido que lo judicial imponga el ritmo.

Así las cosas, no es de extrañar que el lunes ante el juez del tribunal Supremo Pablo Llarena, el número dos de Junts per Catalunya y también expresidente de la ANC, Jordi Sánchez, reprochara al magistrado su falta de objetividad y le dijera que no es posible ser juez y víctima al mismo tiempo. Hoy por hoy, Llarena se ha convertido en único interlocutor para los asuntos catalanes y eso es así porque precisamente Rajoy ha delegado en la Justicia, haciendo grave dejación de sus obligaciones y permitiendo que el poder lo judicial, con su falta de capacidad para gestionar asuntos políticos, se haya apoderado de la escena.

Mientras, don Mariano, mientras, se dejaba ver recibiendo una capa parda zamorana, la misma que lucen los hermanos del Santísimo Cristo del Amparo en Zamora por Semana Santa. Dijo en Valladolidad que recibía la capa con honor por su contribución a la recuperación de oficios y la demostración del potencial de los municipios españoles. Sus palabras parecían calcadas de las que pronunciaba el dictador y que recogían fielmente los noticiarios franquistas. Esa capa servirá para cubrir la vergüenza de un mandatario que no ha estado a la altura de su país.