Sociedad Civil Catalana (SCC) se ha manifestado este domingo al mediodía en Barcelona a favor de "recuperar el seny" (la cordura, en castellano) y para exigir un "gobierno de todos que respete la ley". La marcha, que ha denunciado la situación de bloqueo institucional en Cataluña, ha discurrido por los 250 metros del paseo de Colón hasta la avenida Marquès de l’Argentera, junto a la estación de Francia, donde se ha instalado el escenario para los discursos.
El ex primer ministro socialista francés, Manuel Valls, ha sido la gran atracción de la convocatoria, que también ha contado con la asistencia de la plana mayor de Ciudadanos (C 's), encabezada por su presidente, Albert Rivera; el Partido Popular (PP), con la presencia destacada de la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, el ex ministro José Manuel García-Margallo, el delegado del Gobierno, Enric Millo y el presidente de los populares en Cataluña, Xavier García Albiol; y el Partido dels Socialistas de Catalunya (PSC), con Miquel Iceta al frente.
Manifestación unionista
A las 12 del mediodía comenzaba la manifestación de SCC con el lema: "Ahora más que nunca recuperamos el seny". El primero en llegar ha sido Miquel Iceta, que ha afirmado a los medios de comunicación que: "Es necesaria la formación de un gobierno que trabaje con cordura dentro de la legalidad y pensando por el conjunto del país y no sólo para una mitad".
Al líder de los socialistas de Cataluña, le han sucedido Albert Rivera y Xavier García Albiol. El presidente de Ciudadanos ha recordado que su partido fue el más votado en las elecciones catalanas del 21-D y culpa a la ley electoral que no se pueda formar un Gobierno aunque, si se cambiara la legislación, su partido perdería tres escaños en el Parlamento. Por su parte, Albiol no ve posible un escenario futuro donde haya nuevas elecciones en Cataluña. "Mal que nos pese, habrá un nuevo gobierno independentista que gobernará los próximos meses o años", ha declarado.
La manifestación, cifrada en 7.000 personas según la Guardia Urbana y en 200.000 según el presidente de Sociedad Civil Catalana, José Rosiñol, ha discurrido sin problemas aunque se han proferido insultos contra los medios de comunicación públicos catalanes, especialmente TV3. En este sentido, el ex diputado de Ciudadanos, Albert Cañas se ha referido durante su discurso: "Hay gente que cobra millones por insultarnos en prime time". Sin embargo, la proclama más repetida ha sido el habitual de estas manifestaciones: "¡Puigdemont: a prisión!".
Avivando a la masa
A pesar de que la manifestación buscaba recuperar el supuestamente tanto típico "seny catalán", los oradores se han esforzado en interpelar directamente al sentimiento de exclusión que aseguran que sufren los que no son independentistas.
Especialmente incendiario ha sido el discurso de Jordi Cañas exclamando: "¡Esto sí que es una manifestación como Dios manda y no la de los golpistas de la semana pasada!", y ha proseguido describiendo a los políticos independentistas como "vulgares tiranos y conjura de irresponsables que aspiran a llevar a la sociedad a un conflicto civil".
En la misma línea belicista se ha situado el discurso del ex Ministro de Francia, Manuel Valls, que ha generado una gran expectación desde primera hora de la mañana, cuando ha hecho unas polémicas declaraciones a Catalunya Ràdio. Para Valls, el separatismo "ha fracasado porque el nacionalismo es guerra", y ha afirmado que el independentismo "pone en peligro todos los años de paz que se han vivido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial".
El toque de humor lo ha aportado, sin embargo, la actriz Rosa María Sardà que, en un intento por rebajar la tensión, ha hecho un llamamiento a "no alejarse y a extender la mano para evitar un choque entre catalanes". También ha aprovechado para regañar a los políticos de ambos bandos diciendo que "dejen de jugar a ver quién la tiene más larga".
La manifestación ha terminado pasadas las dos de la tarde con el canto de Els Segadors, el himno europeo Oda a la Alegría y el himno de España, mientras banderas catalanas, españolas, europeas y de la autoproclamada "Tabarnia" ondeaban, ya cansadas, y con ganas de ir a comer.