Carles Puigdemont se ha propuesto a si mismo como candidato a presidir la Generalitat. En la reunión del grupo parlamentario de JxCat en Berlín, Puigdemont ha esgrimido la reforma de la ley de presidencia, aprobada el viernes en el Parlament y que permite una sesión de investidura no presencial. No obstante, esta propuesta tiene poco recorrido. El Gobierno ya ha iniciado los trámites para recurrir ante el Tribunal Constitucional.

Según ha explicado el portavoz de JxCat, Eduard Pujol, la nueva ley de presidencia permite la elección de Puigdemont y ha negado que ellos deseen elecciones. Incluso ya ha puesto fecha para la investidura: el 14 de mayo o lo más pronto posible "cuando la ley esté en vigor". Asimismo, para este grupo independentista, la investidura de Puigdemont obligará al Estado a negociar.

A pesar de la voluntad expresada por Puigdemont a sus fieles seguidores, esta reforma de la ley no entrará en vigor. Primero, debería ser publicada en el Diari Oficial de la Generalitat (DOGC) y en el BOE y ambos están en manos de Soraya Sáenza de Santamaría. Además, el Ejecutivo de Rajoy ya inició el mismo viernes el trámite para paralizar su entrada en vigor. El Consejo de Estado tiene que valorar su constitucionalidad antes de que el Gobierno lo lleve ante el TC. Si el Constitucional lo admite, queda paralizada la entrada en vigor de la ley.

Tanto el Consejo de Estado como el TC tienen los argumentos del Consejo de Garantías Estatutarias de la Generalitat que, por unanimidad, decretó que la reforma va contra el Estatut, el Reglamento del Parlament y la Constitución. No obstante, las fuerzas independentistas desoyeron las advertencias y la aprobaron con las críticas de la oposición.

Aunque JxCat haya propuesto el 14 de mayo, una semana antes de finalizar el plazo para convocar automáticamente elecciones, todo indica que no será posible. Será entonces cuando JxCat deberá visualizar si apuesta por una elecciones o bien propone a un candidato diferente (Pujol vuelve a poner encima de la mesa a Jordi Sànchez) sin causas judiciales, que es la petición de sus socios de ERC, del mismo PDeCAT de Puigdemont y del resto de la oposición.

Puigdemont ya intentó ser investido el 30 de enero, pero una interlocutoria del Tribunal Constitucional lo paralizó y el presidente del Parlament, Roger Torrent, hizo caso a la advertencia del TC pese al enfado de Puigdemont, dispuesto a seguir por la senda rupturista desde Bruselas o Berlín.