El expresidentes de la Generalitat Jordi Pujol y su esposa Marta Ferrusola se sentaran en el banquillo para declarar como imputados el próximo 10 de diciembre.

Así, el matrimonio empezará este 2016 visitando la Audiencia Nacional imputados por un delito de blanqueo de capitales continuado. Solo un día después, será el turno de su hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola, que también tendrá que dar nuevas explicaciones el juez encargado de la investigación, José de la Mata.

Tato Jordi Pujol como Marta Ferrusola ya estaban imputados juntos a cuatro de sus siete hijos en la causa que llevaba el juzgado de instrucción 31 de Barcelona. El pasado 2 de diciembre, dicho juzgado se inhibió y ha sido este miércoles cuando el juez de la Audiencia Nacional De la Mata ha aceptado las competencias volviendo a citarles como imputados.

Según el auto del magistrado, el matrimonio es titular de varias cuentas en Andorra, cuentas que ahora se descubren pero que anteriormente habían negado su existencia. Además, no serían los únicos. El resto de miembros del ‘clan’ también serían titulares de otras cuentas en el mismo principado.

La investigación habría resaltado que no se puede conocer el origen de los abonos de las cuentas y "que no pueden asimilarse a una actividad legal".

Jordi Pujol Ferrusola también imputado
Será el 11 de febrero cuando el hijo mayor del expresidente de Cataluña acuda al juzgado. Esta nueva citación responde a una petición propia después de que la acusación ejercida por UPyD pidiera al juez llamarle de nuevo a declarar para plantear su ingreso en prisión u otra medida cautelar, como la retirada del pasaporte, ante la posibilidad de que trate de ocultar su fortuna.

Casi 200 millones en Andorra
El anuncio de dichas citaciones coincide con el día en que hemos conocido los extractos completos de las cuentas del ‘clan’ Pujol que ‘El Español’ ha publicado. Según esa documentación, la familia llegó a mover cerca de 200 millones de euros solo en cuentas de Andorra y lo hicieron desde 1990 hasta casi la actualidad.

Los supuesto delitos fiscales de la familia salieron a la luz cuando el expresident declaró y reconoció que tenía cuentas ocultas en Andorra, un dinero que atribuyó a la herencia recibida tras la muerte de su padre.