La Mesa del Parlamento ha admitido a trámite las enmiendas de la CUP en la propuesta de resolución de JxCat sobre el reconocimiento de Carles Puigdemont y la recuperación del Gobierno. Su contenido va a provocar que se tenga que votar en el Pleno de mañana jueves en el Parlament un texto en el que “se reafirme y reitere la declaración de independencia” aprobada en la Cámara catalana el pasado 27 de octubre y que derivó en la aplicación del 155 y el cese del Govern, así como que reivindica “la República catalana”.

En la más arriesgada de las enmiendas, la CUP propone que se vote que el bloqueo de la política catalana actual está “motivado por el golpe de Estado del 27 de octubre de 2017, la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española y la represión sobre el movimiento republicano y democrático”. Además, también se pide poner en marcha un debate sobre el futuro de la situación “respetando y aplicando el mandato democrático del Referéndum de I'1 de octubre de 2017, las reivindicaciones sociales expresadas masivamente en las huelgas generales de los días 3 de octubre y 8 de noviembre y la posterior proclamación de la República”.

La CUP también plantea en otra enmienda que se cambie la reflexión sobre la necesidad de recuperar “el autogobierno” de Cataluña por un texto que dice que “la autodeterminación de Cataluña es la encarnación de una larga aspiración ya la vez una herramienta de la que nos dotamos los catalanes por la construcción de una sociedad más justa, más libre y más democrática “. En otra de las enmiendas, los anticapitalistas plantean la “urgencia de establecer un Gobierno efectivo a partir de una presidencia elegida soberanamente por el Parlamento para encarar el restablecimiento de la República de Cataluña actualmente intervenida”.

La Mesa del Parlamento ha admitido a trámite las enmiendas de la CUP dentro de la propuesta de resolución de JxCat sobre el reconocimiento de Carles Puigdemont y la recuperación del Gobierno. Por su parte Ciutadans y el PSC se han opuesto y han votado en contra de la decisión, pero la mayoría de JxCat y ERC ha hecho que las enmiendas de los anticapitalistas se tramiten con normalidad.

Durante el debate interno, los letrados han hecho constar que había que tener en cuenta que en la pasada legislatura hubo sentencias y advertencias del Tribunal Constitucional, que algunas de las enmiendas de la CUP podían ser contrarias a la Constitución, y que aceptar su tramitación podía considerarse contrario a los avisos del alto tribunal. Sin embargo, las advertencias que el TC hizo en su momento iban dirigidos a los anteriores miembros de la Mesa y, por tanto, los nuevos miembros independentistas del órgano no se consideran formalmente avisados ​​por nada que les impida tramitar las enmiendas.

Desde Ciutadans y el PSC, el vicepresidente segundo del Parlamento, José María Espejo-Saavedra, y el secretario segundo, David Pérez, han querido dejar claro en la reunión de la Mesa su total oposición a la tramitación de las enmiendas, por considerar las contrarias a la Carta Magna y que aceptarlas entra en conflicto con las instrucciones del TC. Es por ello que ya han anunciado que pedirán la reconsideración de la admisión a trámite, lo que provocará que la Mesa y la Junta se vuelvan a reunir este jueves por la mañana, antes de la celebración del pleno que debe votar las resoluciones.

Desde el sector independentista de la Mesa mantienen que las enmiendas se pueden tramitar y que hay que priorizar que el Parlament se pueda plantear todo. “La Mesa no es un órgano censor ni de control del TC. Tiene el deber de proteger el derecho a la iniciativa política de todos los diputados”, asegura uno de los miembros soberanistas de la Mesa. Además, advierten que algunas de estas enmiendas de la CUP ni siquiera llegarán a votar porque JxCat no las aceptará, y otros pueden ser transaccionadas entre los independentistas, lo que modificaría los textos.

A la reunión también han asistido, aunque sin derecho a voto, la CUP, que ha defendido la tramitación de todas sus enmiendas, y Cataluña en Común-Podem, que ha recordado que son partidarios de poder establecer cualquier debate, pero ha pedido a los miembros de la Mesa que fueran conscientes de las advertencias de los letrados. El PP no ha enviado a ninguno de sus diputados, aunque se había quejado en varias ocasiones que el presidente, Roger Torrent, les había prometido poder participar de las reuniones de la Mesa sin derecho a voto y hasta ahora no les invitaba.