El artículo 155 ya está en marcha y el Senado tiene la llave. “Con la aprobación del Senado”, reza el artículo más famoso de la Constitución española. La Cámara Alta será la encargada de ratificar este viernes en una sesión plenaria la batería de medidas del Gobierno de Mariano Rajoy. Se trata de un mero trámite, puesto que el Partido Popular tiene mayoría absoluta y la decisión última, de facto, será del propio Rajoy. Pero si uno bucea entre los nombres que los populares han incluido en la comisión constituida para tramitar el acuerdo del 155, encuentra de todo: los senadores del PP que decidirán la suerte de Catalunya están salpicados por corrupción, han protagonizado polémicas, mentido, recibido sobresueldos o hablado más de la cuenta.

García-Escudero, gürteliano por excelencia

Sin ir más lejos, el propio presidente del Senado, Pío García-Escudero, será también el presidente de la comisión. En su historial figura una mácula indeleble: la tenebrosa caja B. El actual presidente del Senado aparece en los Papeles de Bárcenas como receptor de 5 millones de las antiguas pesetas. El pasado 26 de julio, después de que Rajoy desfilara ante el tribunal Gürtel, García-Escudero hizo lo propio, también en calidad de testigo. El presidente del Senado admitió haber recibido algunos regalos de la trama gürteliana. El exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega alias El Bigotes, le obsequió con un “Nokia normal, de aquella época”. “Me lo regaló en plena campaña un día que tenía el teléfono estropeado”, admitió Pío García-Escudero ante el presidente del tribunal, Ángel Hurtado.

El propio cabecilla de la trama, Francisco Correa, le regaló un reloj, pero, sin entrar en detalle, aseguró que lo rechazó. Lo que no rehusó fueron los sobresueldos de 700.000 pesetas al mes (unos 4.200 euros), que admitió ante el juez Pablo Ruz en su declaración en 2013. En un audio al que tuvo acceso ELPLURAL.COM, García-Escudero explicó que, entre 1999 y 2003, cobró un total de 14 pagas de 550.000 pesetas (unos 3.400 euros) que le abonaba el grupo parlamentario mensualmente y otras 14 de 150.000 pesetas (unos 900 euros) que le transfería el partido como "gastos de representación".

También admitió, en dicho interrogatorio, un préstamo que le hizo la dirección del PP tras sufrir un atentado en su vivienda de Madrid, aunque quiso aclara que éste ascendió a 24.000 euros y no a 30.000, como se recogía en los Papeles de Bárcenas. El presidente del Senado aseguró que el pago desde el PP se realizó mediante transferencia y que él lo devolvió a través de talones cuando le llegaron las subvenciones por los gastos de reparación de su vivienda, aunque el préstamo del PP no lo declaró a Hacienda.

Pedro Sanz, el de la casa de aperos de casi 200 metros cuadrados

En 1982, el vicepresidente del Senado inició una obra digna del programa de Discovery Channel, Mega Construcciones. Poco a poco, y mediante licencias cuanto menos dudosas, fue convirtiendo una pequeña casa de labranza en todo un chalé de 155 metros cuadrados con jardín en un terreno que figuraba como no urbanizable. Por entonces, el alcalde no solo no decidió sancionarle, sino que impulsó en 2013 un Plan General Municipal que favoreció la regularización de la situación de la vivienda.

En octubre de 2016 la juez Esperanza Sánchez emite un auto en el que abre causa a Sanz, quien no estaba imputado ni inculpado. La magistrada consideraba sospechosa la rápida puesta en marcha del Plan General Municipal y señaló que “podría evidenciar la realidad de una decisión de última hora no basada en razones exclusivamente técnicas y de urbanismo, sino de favorecer a una persona y unos intereses en particular”. El juez archivó la causa por que se fundaba en una “mera sospecha”, pero la transformación de la casa de aperos del expresidente de La Rioja y actual vicepresidente primero del Senado, Pedro Sanz, en un chalé de dos plantas y casi 200 metros cuadrados gracias a un plan general que legalizó la construcción en suelo no urbanizable continúa levantando polvareda mediática.

Javier Arenas: 1,4 millones en sobresueldos y testigo salpicado

El actual vicesecretario nacional para asuntos territoriales del PP, Javier Arenas, fue ministro de José María Aznar y siempre se ha destacado por su buena relación con salpicados por la trama gürteliana. Amigo de Luis Bárcenas, Ana Mato, Jesús Sepúlveda, El Bigotes y el propio Francisco Correa, tuvo que declarar en el marco del caso Gürtel en la Audiencia Nacional a petición de la defensa del extesorero.

Arenas, tras jurar decir toda la verdad y nada más que la verdad, aseguró que cuando él era el secretario general, entre 1999 y 2003, Bárcenas era gerente y, como tal, dependía del entonces tesorero del PP Álvaro Lapuerta. En este sentido, Javier Arenas, declaró que Lapuerta le dijo que las donaciones nunca se recibían “a cambio de algo”. Sea como fuere, su sello ya figura como jaspeado por la red corrupta.

Y es que, ya en el año 2013, Arenas admitió haber recibido sobresueldos del partido. “Lo que yo cobraba, como los demás dirigentes, era una remuneración de las instituciones y un complemento”, explicó, y precisó que era un “plus que se pagaba puntualmente en las campañas, como gastos de representación, en función de las responsabilidades”. El vicesecretario nunca quiso desvelar cuánto cobro, pero ELPLURAL.COM reveló que el montante total alcanzó los 1,4 millones de euros: obtuvo 1.154.138,48 euros entre enero de 1999 y septiembre de 2003, a los que, según Bárcenas, habría que añadir 230.713 euros sucios. ¿El resultado final? 1.384.851 de euros extras.

Imbroda, el de los “piraos” independentistas

De entre la suerte de senadores que el PP registró como componentes de la comisión sobre el 155, no solo se encuentran salpicados por corrupción o mentirosos curriculares. Es el caso de Juan José Imbroda, presidente de Melilla y presidente de la Comisión General de las Comunidades Autónomas, quien ha dedicado palabras tan dulces y cariñosas como “piraos” o “insufribles” a los independentistas catalanes. Unos exabruptos que nunca han sido desautorizados y que están al nivel de las salidas de tono de Xavier García Albiol, quien, por cierto, también estará en la comisión.

La pregunta sobre Imbroda pivota en torno al crédito y su idoneidad: ¿Qué imagen da que este senador, protagonista de numerosos insultos, sea presidente de la Comisión General de las Comunidades Autónomas y decida sobre el 155?

Factura al PP… y al PSOE

El PP ha hecho de la Cámara Alta su particular cementerio de elefantes. Un lugar donde la formación no ejerce las labores de higiene democrática. Hemos visto algunos de los casos, y ha tenido que llegar el 155 para que, de nuevo, salgan a relucir las vergüenzas del PP. A los populares se les llena la boca al hablar de legalidad, pero su discurso se hace añicos cuando lo mejor de Génova 13 no solo sale a relucir, sino que será quienes decidan sobre Cataluña. Sus propios trapos sucios le desautorizan.

Pero hay otro partido al que también le puede pasar factura. El PSOE, valedor del 155 como apoyo “no al Gobierno, sino al Estado de derecho”, deberá tomar distancia de estos senadores si no quiere acabar embarrado en sus lodos, aunque le costará mucho, por no decir que parece una tarea imposible. Los socialistas están atados de pies y manos. Ya tuvieron que retirar la reprobación a Soraya Sáenz de Santamaría, presentada por las cargas policiales del 1-O, porque comenzaron a construir un discurso favorable al 155. ¿Cómo distanciarse de una medida que se apoya?