Tras conocerse la decisión del juez Pablo Llarena de enviar a prisión a los principales líderes del independentismo que no se encontraban ya en ella o fugados, entre ellos el candidato a la Generalitat Jordi Turull, las calles de las principales ciudades catalanas se han llenado de manifestantes muy indignados y pidiendo la libertad de los "presos políticos". En Barcelona, en los alrededores de la delegación de Gobierno la tensión ha ido en aumento y se han producido varias cargas de los Mossos d'Esquadra cuando la multitud ha tratado de saltar el cordón policial.

Los Mossos han mostrado lanzadoras de proyectiles de precisión para tratar de dispersar a los concentrados. El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) ha atendido a 24 personas, dos de ellas por lesiones de diversa consideración.

A mitad de la tarde los manifestantes habían cortado la Diagonal de Barcelona y para dirigirse después a la Plaza Cataluña y de allí a la Delegación del Gobierno.

En el resto de la Comunidad, en ciudades como Badalona o Girona, las manifestaciones han sido pacíficas pidiendo la libertad de los "presos políticos", no dar pasos atras y seguir hacia la independencia. Entre las filas de catalanes la sensación imperante ha sido de enfado general ante las decisiones del Tribunal Supremo.