A punto de acabar el año en España podemos añadir un término nuevo a nuestro diccionario popular: Tabarnia, el nombre de la nueva región que busca dar de su propia medicina al independentismo catalán.

Tabarnia es un neologismo formado tras juntas Tarragona y Barcelona, las dos provincias donde más voto no independentista hubo en las elecciones del pasado 21 de diciembre, principalmente las capitales de estas dos provincias, sus zonas metropolitanas y las localidades costeras que las unen.

La idea surgió de la agrupación Barcelona is not Catalonia, un grupo que reclama la autonomía de la ciudad condal contra el procés por ser una situación “profundamente negativa para los intereses de Catalunya en general y de los ciudadanos de Barcelona en particular”, según afirman en su página web.

En ella, defienden que el área al que se refieren forma parte de una Cataluña “cosmopolita, orgullosamente bilingüe, urbanita, multicultural e intensamente conectada con el resto de España y Europa”.

El término Tabarnia ha tenido su explosión en redes sociales durante esta semana, siendo incluso uno de los temas más comentados a nivel mundial durante el día, después de que varios medios y políticos nacionales y catalanes se hayan hecho eco se la idea que defiende como contraposición al independentismo.

Referéndum y bandera

La idea va tan en serio que hasta tienen una bandera propia, formada por la unión de la de las dos provincias y a través de su perfil en Twitter, la agrupación está pidiendo un referéndum para Tabarnia al más estilo Escocia cuando Reino Unido decidió salirse de la Unión Europea para demostrar así que la “Catalunya interior, la que vota a Puigdemont, quiere una cosa y Tabarnia quiere otra”. También recogen la idea de Canadá cuando planteó un referéndum para el Quebec, pero dando la opción a que ciudades que no lo apoyasen continuasen unidas.

Cataluña nos roba

Desde esta agrupación denuncian cómo la zona de Tabarnia, y en especial Barcelona, está infrarrepresentada y recibe menos fondos públicos que el resto de Cataluña, lo que ha contribuido al auge del independentismo catalán.

En cuestión de votos, señalan una vez más la injusticia de la ley electoral española, por la que en Barcelona se necesitan más de 48.500 votos para conseguir un escaño y en Lleida menos de la mitad.

Del mismo modo, aseguran que Cataluña roba a Barcelona 164 millones de euros para dedicarlos a subvencionar el independentismo.

Reacciones políticas

La idea de una parte de Cataluña separándose del resto para continuar en España, rizar el rizo del desafío independentista, no ha pasado desapercibida para los políticos. La mayoría de ellos la han calificado de una mera broma, pero colocándola como evidencia de la división que hay en la ciudad española.

Para la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, con la propuesta de Tabarnia es muestra de que “el nacionalismo defiende una Cataluña homogénea y choca fácilmente contra sus propias contradicciones”.

Mientras, Gabriel Rufián acompañó su comentario de una foto de Arcadi Espada, Salvador Sostres, Juan Carlos Girauta y Carlos Herrera con el mensaje: “El Gobierno de Tabarnia te desa un feliz 1962”.