Mensaje simple. Los dos grandes ganadores de la jornada electoral del 21D han sido Inés Arrimadas y Carles Puigdemont. La líder de Ciutadans usó durante toda la campaña una sola idea: "Si me votáis a mí yo pararé el proceso". Puigdemont, por su parte, todavía ha sido más directo: "Yo soy el presidente". Por la otra parte, los mensajes complejos, que son los que han esgrimido Miquel Iceta y Xavier Domènech han sido derrotados. El electorado quería blanco o negro. O república independiente o España.

Otro factor a tener en cuenta es que Puigdemont se ha beneficiado de la aplicación del 155. Si él hubiera convocado las elecciones, lo más probable es que Oriol Junqueras y ERC hubieran sido los más votados, tal y como predecían todas las encuestas. Los más beneficiados, al final, por el 155 han sido Puigdemont y Arrimadas.

Junqueras y su partido se opusieron a que Puigdemont convocara las elecciones el 26 de octubre y lo empujaron a proclamar la república catalana al Parlamento. Junqueras ha vivido toda la campaña encarcelado a Estremera y su decisión no ha sido recompensada por la ciudadanía. Todavía así, estos son los mejores resultados de Esquerra, al obtener 929.000 votos, a escasos 11.000 de Puigdemont.

Como Puigdemont no convocaba elecciones, fue Rajoy quién lo hizo en aplicación del artículo 155. Por cierto, que el PP lo ha fiado todo a la figura del presidente del gobierno español, el político menos valorado en Cataluña. Garcia Albiol ha seguido la ruta marcada por su partido y ha servido para conseguir los segundos peores resultados de los populares. En las primeras elecciones de 1980  Alianza Popular no obtuvo ningún diputado. Rajoy han sido doblemente derrotado: por los independentistas y por Ciutadans.

Ahora, con el 81,94% de participación, la más alta de la historia de la democracia española, las cosas vuelven a estar casi igual que meses atrás. El plebiscito república catalana versus status quo ya se ha hecho. El bloque independentista ahora tiene 70 diputados (dos menos), y un 47,5% de los votos (el mismo porcentaje). JxCat y ERC tienen vía libre para gobernar desde el Parlamento. Incluso, sus 66 diputados (34 de JxCat y 32 de ERC) los permite no depender tanto de la CUP. Los anticapitalistas han perdido seis de los diez diputados y ahora formarán parte del Grupo Mixto de la cámara catalana con el PP. Así, la CUP seguirá siendo decisiva, pero no imprescindible.

La gran incógnita es si el bloque independentista volverá a proclamar la independencia. De momento, con los primeros discursos, parece que piden que quieren sentarse a una mesa negociadora con Rajoy. Esto los apartaría de la CUP, que quiere implementar ya los acuerdos del 27 de octubre. No obstante, todo indica que el presidente español no  tiene ninguna intención. Aunque con estos resultados los partidos españoles tendrían que dar un paso adelante si se quiere salir del bucle catalán.

Por otra parte, la victoria agridulce de Ciutadans. Ha superado el millón de votos, pero el porcentaje (25,3%) es lo más bajo del ganador de una elecciones catalanas, que normalmente ha superado el 30% de los votos. Todo indica que difícilmente podrá gobernar al no tener socios con quién construir una mayoría en el Parlament. El mensaje simple de "yo pararé el proceso" no será cierto, a pesar de haber ganado. Eso sí, el éxito de Ciutadans, nacido hace sólo 12 y desde fuera del circuito político del catalanismo, ha penetrado dentro de la sociedad catalana, sobre todo en el electorado socialista, pero también en el del PP. La mayoría del incremento de la participación ha sido para Arrimadas. Cs ha ganado en las 10 ciudades más pobladas de Cataluña y donde históricamente  había un cinturón rojo ahora hay un cinturón naranja.

Mensajes complejos perdedores

Si los mensajes simples son los triunfadores, los complejos han sido los perdedores. Domènech ha basado su campaña en qué sería la llave de la gobernabilidad de un acuerdo de izquierdas al Parlament. La ciudadanía le ha girado la espalda y ha perdido 3 de los 11 escaños que Lluís Rabell obtuvo el septiembre de 2015. La equidistancia y la reivindicación de un referéndum pactado le han pasado factura a los comunes. Una situación similar es la que sufrió Pere Navarro al frente del PSC ahora hace dos años.

Finalmente queda el PSC de Miquel Iceta. A pesar del acuerdo con los democristianos de Units per Avançar (herederos de la histórica UDC), no han sabido recoger los frutos de una campaña dirigida más a la razón que al corazón. La campaña del PSC ha ido de más a menos. Además, Iceta ha cometido algún que otro error: se precipitó pidiendo el indulto por los futuros condenados. Esta posición no fue ni entendida por una parte importante de su electorado. Otro factor negativo es que a pesar de haber chupado voto catalanista, el aumento de participación no lo ha favorecido lo más mínimo. El PSC ha recogido poco más de 75.000 votos, lo cual sólo lo ha permitido añadir un diputado más a los 16 que ya tenía en el Parlamento saliente, cuando la aspiración era llegar a la veintena.

El 21 de enero es la fecha tope para que se constituya el Parlament. Entonces ya se habrán desvanecido algunas de las incógnitas judiciales: podrán asistir los diputados electos encarcelados? Lo son Oriol Junqueras (ERC), Joaquim Forn y Jordi Sánchez (JxCat). Además, hay los diputados electos que ahora viven en Bélgica: Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Lluís Puig (JxCat) y Toni Comín y Meritxell Serret (ERC). Y otra incógnita:  habrá más imputados? Qué pasará con los diputados electos que están en libertad bajo fianza? El magistrado Pablo Llarena tiene la llave.