Carles Puigdemont se encargó de trasladar a los diputados de Junts pel Sí, el pasado 26 de octubre, que el Estado español tenía planeada una dura actuación “con muertes” y violencia en las calles de Cataluña en el caso de que se hiciera una Declaración Unilateral de Indepedencia (DUI). Ese era su argumento para disolver el Parlament y convocar elecciones, decisión de la que unas horas después se retractaría.

"No estoy dispuesto a ser el presidente que lleva muertos y sangre en las calles, dijimos que no pasaríamos esta línea, dijimos que con perseverancia lo haríamos", explicó Puigdemont a los diputados de la coalición independentista, durante un encuentro celebrado en el Auditorio del Palau de la Generalitat, mientras fuera el edificio era rodeado por una congregación de estudiantes a favor de la independencia.

Según Puigdemont, y tal y como relata NacioDigital.cat, el Estado quería provocar tumultos y violencia en las calles para después echar la culpa a la CUP y grupos afines. Ante esto, el entonces president de la Generalitat aseguró que prefería quedar como un “cobarde” antes que cargar en su conciencia con posibles muertos en las calles.

Puigdemont esgrimió esa supuesta amenaza para convocar una rueda de prensa en la que iba a anunciar la disolución del Parlament y la celebración de unas elecciones autonómicas adelantadas. Finalmente, el presidente de la Generalitat se echó atrás al no contar con garantías del Gobierno de Rajoy de que no se aplicaría el artículo 155.

Esa advertencia de Puigdemont es similar a la que la secretaria general de ERC, Marta Rovira, trasladó el viernes pasado en una entrevista de radio y que ha provocado un maremoto político. Rovira aseguró que el Gobierno de Rajoy “hizo llegar por muchas fuentes muy fiables” tanto a la Generalitat y a Europa de sus intenciones, que incluso pasaban por desplegar al Ejército. Eso habría provocado la “reflexión” de Puigdemont y otros consellers.

Según cuenta el diario digital, antes de esta reunión, los diputados de Junts pel Sí se habían reunido en el Parlament para acordar la posición del grupo parlamentario de cara a los efectos del referéndum del 1-O. Y se decidió avanzar con la DUI mientras no hubiera violencia en la calle o se temiese una toma de control estatal de todas las instituciones catalanas.