A la casilla de salida. En el supuesto de que el Gobierno español de Mariano Rajoy se aviniera a negociar un pacto fiscal por Cataluña, diferente del sistema común y similar al concierto vasco, nos encontraríamos en una situación similar a la de 2012. Eso sí. En el supuesto de que esto pasara, probablemente habría que reformar la Constitución.

El diario británico The Guardian afirma que diferentes fuentes gubernamentales españolas aseguran que Rajoy estaría dispuesto a hablar de conceder en Cataluña un régimen especial de financiación. El portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, lo ha negado diciendo que a estas alturas el que hay es la negociación para modificar el actual sistema de financiación de las comunidades autónomas.

Tampoco se lo creen los portavoces de ERC, En común y PDCat. Para Tardà (Esquerra), la oferta no llegará nunca y si lo hace, a Esquerra ya no le vale. Domènech (En Comú), por su parte, vería bien que se hiciera la oferta, pero reprocha que ya se hubiera podido hacer antes. Finalmente, Campuzano (PDCat) ha explicado que a él le parece que Rajoy sólo plantea la reforma del sistema común y que en ningún caso plantea un concierto para Cataluña. Cataluña no forma parte de la mesa negociadora.

Pero lo que es evidente es que un momento u otro Rajoy tendrá que ofrecer algo a los catalanes. Ahora, él es el presidente de la Generalitat en aplicación del artículo 155 y ha convocado unas elecciones para el 21 de diciembre. Todas las encuestas estiman que el nuevo Parlamento puede quedar con una representación muy similar a cómo hasta ahora: una mitad independentista y la otra no, más o menos. Varios actores del sector económico catalán ya hace tiempo que esperan que Rajoy haga una oferta bastante atractiva y positiva, no sólo la aplicación de la ley cómo ha hecho hasta ahora. 

El PSC propone la hacienda federal

Quien ya se ha avanzado ha sido el PSC. La hasta ahora portavoz parlamentaria y número dos de Miquel Iceta, Eva Granados, ya ha presentado el programa electoral, por cierto el primero y único partido que hasta ahora lo ha hecho. En el programa de los socialistas catalanes se propone la hacienda federal, lo cual quiere decir un pacto fiscal federal que garantice el incremento de recursos para las competencias propias de la Generalitat y que se base en el concepto de ordinalidad. Esto último quiere decir que la comunidad que recauda más no sea penalizada a la hora de la solidaridad. Aunque no es el concierto, es un paso adelante y se  asemeja.

La financiación es un asunto que afecta a todas las comunidades. El pasado sábado Valencia vivió una manifestación multitudinaria reclamando una mejor financiación. Mientras, se ha conocido que el PNB verá como esta semana se valida en el Congreso el nuevo cupo gracias a los votos de casi todas las fuerzas políticas, a excepción de Ciudadanos y Compromís.

El cupo es la cantidad que el País Vasco paga en el Estado en concepto de los servicios que el Estado le presta. En cada negociación la cantidad es menor, según explican varios especialistas. Tanto el País Vasco como Navarra tienen el concierto económico, tal y cómo está previsto a la Constitución en la disposición adicional primera. Así, ellos recaudan los impuestos y pagan al Estado un cupo por los servicios que este presta en el territorio. El PP está pendiente del PNB para aprobar los presupuestos españoles. Los nacionalistas vascos estarían dispuestos siempre y cuando antes el Congreso dé luz verde al nuevo cupo.

Cataluña no quiso este sistema cuando se discutía la Constitución durante la Transición. Fue el propio Jordi Pujol quién se negó, cuando Miquel Roca ya lo había pactado con el gobierno español. Entonces, sólo se quedó defendiéndolo Esquerra Republicana.

El concierto económico volvió a resurgir el 2012 cuando Artur Mas, entonces presidente de la Generalitat, hizo esta propuesta el septiembre de aquel año. Incluso fue a La Moncloa para plantearlo a Rajoy el 20 de septiembre, quien se negó en redondo al negociar el concierto económico para Cataluña. Aquella negativa sirvió a Mas para convocar unas elecciones pensando que arrasaría con una mayoría absoluta, tal y como le decían unas encuestas internas. CiU perdió 12 escaños. Aquellos días el ANC y Òmnium ya movían los hilos y al retorno de Mas de Madrid fue recibido en la plaza Sant Jaume como un héroe con gritos de independencia.

La propuesta de Mas a Rajoy fue hecha en plena crisis económica y cuando los dos gobiernos, tanto el de Rajoy cómo el de Mas, aplicaban duros recortes en los servicios y se apoyaban mutuamente en el Congreso y en el Parlament.