Desde que, hace ya una semana, el expresident Carles Puigdemont llegara a Bruselas en busca de un asesor legal y de refugio ante la “falta de garantías” en España, sus intervenciones públicas no han cesado. Le hemos podido ver dando declaraciones mientras paseaba por la Gran Place de Bruselas, en programas de televisión siendo entrevistado y, la penúltima, con un artículo de opinión en el diario The Guardian. Para la ocasión, ha escogido el siguiente titular: ‘Esto no va solo sobre Cataluña, sino que va sobre la democracia misma’.

Según ha denunciado Puigdemont en estas líneas, el Estado Español se ha dedicado a prodigar un "encarcelamiento masivo” y a la “criminalización" de los ocho exconsellers independentistas que ahora duermen repartidos entre la cárcel de Soto del Real, Estremera y Alacá Meco. Sin olvidar a los Jordis, los líderes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, detenciones que define como "un escándalo colosal" que tendrá "serias consecuencias".

Y va más allá, ha llegado a afirmar que estas privaciones de libertad coinciden con el segundo aniversario del momento en el que los partidos independentistas consiguieron más apoyo de los ciudadanos catalanes.

Hay que recordar que Puigdemont se mantiene en libertad con medidas cautelares tras ser detenido e interrogado en Bruselas y después de no haberse presentado ante la Audiencia Nacional.

Además, para Puigdemont, el Gobierno de Mariano Rajoy ha actuado "de manera arbitraria, antidemocrática e ilegal" al disolver el Parlament y destituir al Govern en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Y todo, continua, por cumplir con su programa electoral pues, ha querido recordar que Junts Pel Sí se presentó a las alecciones de 2015 con "un manifiesto donde se comprometían explícitamente a declarar la independencia y a convocar elecciones constituyentes".

"Sin embargo. Dos años después se nos acusa de sedición, conspiración y rebelión por cumplir un programa electoral que nunca ocultamos (...) una conspiración extraña que recibió el voto popular".

Porque "el legítimo Gobierno de catalán ha sido ilegalizado, el Parlament catalán ha sido disuelto y se ha impuesto una agenda política que no tiene que ver con la voluntad de la mayoría".

Terrorismo y violencia

Pero en este artículo de opinión, Puigdemont también ha tenido espacio para hablar de otros temas, para reivindicar la actitud pacífica de las protestas en Cataluña y compararlo con las formas empleadas en otras ocasiones, como ocurría con la banda terrorista ETA en el País Vasco.

Según Puigdemont, los sucesivos gobiernos centrales se han pasado años asegurando que existiría diálogo en cuanto se acaba la violencia. Pues bien, en su opinión, el Estado miente u olvida sus palabras para no aplicarlas a los independentistas catalanes.

"El Estado español debe cumplir lo dicho tantas veces en los años de terrorismo: si se acaba la violencia podemos hablar de todo. Nosotros, los partidarios de la independencia catalana, nunca hemos optado por la violencia, al contrario. Pero ahora nos encontramos con que era mentira que de todo se podía discutir", ha escrito Puigdemont.

Falta de independencia

Por último, el expresident ha querido denunciar la "clara falta de independencia y neutralidad" de la Justicia que ha recaído en "irregularidades que hacen que los acusados no puedan contar con garantías procesales".

Es más, no ha dudado en hablar de la existencia de una doble vara de medir al afirmar que "ningún delito cometido en nombre de la unidad del país será enjuiciado jamás" como con "las detenciones realizadas sin órdenes judiciales" o la posible existencia "de una brigada de policía fuera de la ley para perseguir ilegalmente a los líderes políticos independentistas y de la izquierda española".