El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido ante el pleno del Congreso de los Diputados a petición de Unidos Podemos y del propio Rajoy  para explicar la posición del Ejecutivo con respecto a la cuestión catalana y las líneas maestras de las soluciones con las que pretende abordar el desafío soberanista. El presidente ha sido claro: la respuesta del president de la Generalitat al requerimiento con que se ha activado el artículo 155 de la Constitución “marcará el futuro de los acontecimientos”. Unas palabras que han sonado a advertencia severa con tintes de amenaza y que marcaría las intervenciones del resto de grupos parlamentarios, que coinciden en que disciernen de Rajoy.

El día era clave para el devenir del desafío soberanista. La sesión plenaria de este miércoles 11 de octubre era determinante y los asistentes lo sabían. Desde el patio del Congreso que separa el edificio de Cedaceros del Palacio del Hemiciclo, uno a uno iban desfilando los líderes de los diferentes grupos parlamentarios y sus respectivos diputados y guardias pretorianas. Sus semblantes lo decían todo. Caras serias. Nadie hablaba. Tan solo se escuchaban los bisbiseos de los numerosos periodistas internacionales que, con acentos dispares, coincidían en señalar que la jornada sería “histórica”. Sin embargo, los comentarios y rostros al finalizar la sesión transitaban por un derrotero bien distinto: “Esto va a durar semanas, no han aclarado mucho…”, aseguraba un periodista de AP.

Carles Puigdemont había chutado la pelota al tejado de Mariano Rajoy aparcando la declaración de independencia a cambio de mediación internacional y la apertura al diálogo, pero el presidente del Gobierno no ha recogido el guante: “Está en su mano”, ha aseverado. De hecho, el líder del Partido Popular ha dado un ultimátum al Govern: habrá un primer aviso al que la Generalitat deberá responder antes del lunes, día en que expira el plazo, y podría haber un segundo avisó, que Rajoy espera "que no sea necesario", que tiene de plazo hasta el jueves. En caso contrario, habrá consecuencias. El 155 se ha puesto en marcha.

Mariano Rajoy ha dedicado buena parte de su discurso a insistir en que “no pueden imponer una independencia unilateral ni liquidar su propio estatuto de autonomía”, mientras se erigía el adalid del diálogo al tiempo que aseveraba que “no hay mediación democrática posible”.

La portavoz parlamentaria del PSOE, Margarita Robles, ha tomado la palabra para reiterar el compromiso de los socialistas con la “legalidad y la Constitución”: “El PSOE tiene 140 años de historia” en los que hombres y mujeres “comprometidos con la defensa de las libertades y el Estado de derecho” han trabajado por el desarrollo y la modernización de la democracia, motivo por el cual “no vamos a permitir que se quiebre la legalidad”, ha señalado Robles.

La portavoz parlamentaria socialista ha reprochado la falta de autocrítica de Mariano Rajoy y ha insistido en la reforma de la Constitución, al tiempo que ha sido especialmente dura con los líderes independentistas: “¿Qué país se puede construir cuando sólo el 38% de los ciudadanos han votado?”.

Robles ha asegurado que “no necesitamos más mediadores que nosotros”, una consigna a la que se ha sumado el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien ha pedido al presidente del Gobierno mano dura y la aplicación ipso facto del artículo 155 de la Constitución para convocar elecciones autonómicas en Catalunya: “¿Por qué tienen miedo a votar? ¿No habían sacado el 91% de los votos? Pues los sacarán en unas elecciones. ¿O no?”.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias ha vuelto a situar a PP, PSOE y Ciudadanos en el mismo frente: “Usted es el presidente gracias al apoyo de PSOE y Ciudadanos. Y en las últimas jornadas ha vuelto a  lograr el apoyo de Ciudadanos”. El líder morado le ha advertido al presidente que “desconfíe del señor Rivera, porque es el principal operador político de José María Aznar y a usted, Aznar no le quiere bien”. Iglesias ha asegurado que “en este pleno no estamos hablando de problemas de orden público”. A su juicio, “no es un problema coyuntural, es un problema de la plurinacional” y “la palabra ‘nacionalidades’ implica reconocer que España es un país plurinacional”.

Iglesias ha criticado que el PP “ha utilizado Cataluña para envolverse en la bandera y sacar rédito político”, y ha sentenciado que “son los responsables de que se rompa España”. La solución pasa, a su juicio, por reformar la Constitución.

 El diputado de Esquerra Republicana de Catalunya Joan Tardá ha culpado a Rajoy del aumento de la represión en Cataluña, que también ha marcado buena parte del turno de Carles Campuzano del PDeCat. Tardá ha asegurado que aplicar el 155 “solo lo van a aplaudir los pocos fachas que quedan en este país”, y ha mencionado que “no somos delincuentes” y que se sienten reprimidos. Unas palabras que han provocado un duro enfrentamiento con Rajoy, quien se ha defendido afirmando que los independentistas son los que acosan y criticando que por muchas ofertas de diálogo, “no participarán en la Comisión sobre el modelo territorial” porque lo que quieren es imponer.

Entretanto, el Congreso se iba llenando de patatas. El diputado de Compromís Joan Baldoví ha espetado a Rajoy, en referencia a los problemas de financiación autonómica que sufre Valencia, que “no sólo hay patatas catalanas o vascas, también hay patatas valencianas. Hay que solucionar el problema de la financiación autonómica”. Unas palabras que han descolocado al presidente, quien posteriormente ha querido hacer referencia a “las patatas” y no recordaba quién lo había dicho: “No sé si ha sido el señor Esteban [PNV]”.

Pero la bromita no le ha librado del rapapolvo del diputado del PNV, Aitor Esteban, quien le ha insistido en que “meter una papeleta en una urna no es un delito” y le ha solicitado, con un tono severo, que no aplicara el 155 mientras le reprochaba que “no pueden quedarse en el himno de la Guardia Civil” y el “viva España, viva el Rey, viva el orden y la ley”.

Al concluir el pleno las caras de los diputados se habían tornado. En algunos casos, la seriedad había dejado paso al cabreo; en otros, a la decepción; y en otros se podía percibir una expresión que parecía gritar ‘no sé de qué me sorprendo’. Y es que, era un día clave, pero el desfile del 12 de octubre se celebrará sin haber avanzado en el abordaje al desafío soberanista. Rajoy ha puesto en marcha el 155 en unos términos que solo apoya su bancada: a ojos del Congreso, o se pasa o no llega.