Conseguir “la socialización forzosa de la catedral de Barcelona” o, dicho de otro modo, su expropiación para el uso del pueblo. Esta es la última propuesta que ha despertado polémica y que está protagonizada por dirigentes de la CUP.

En concreto, por la CUP de Barcelona que ya ha anunciado que en el pleno que se celebrará este jueves en el distrito de la Ciutat Vella plantearán la medida de la expropiación “forzosa” de la catedral de la ciudad de manos de la Iglesia para crear en ella espacios para los ciudadanos como un economato con los productos básico o una escuela de música.

Según explican en un vídeo los propios miembros de la CUP de Barcelona, han tomado esta decisión después de ver como todas las sentencias contra las inmatriculaciones de la Iglesia eran fallidas, aunque el camino judicial haya llegado hasta Estrasburgo y tras aguantar que la misma Iglesia siga sin pagar impuestos como el IBI.

Por ello, lo que pretenden con la expropiación de la catedral es que “esta iglesia pertenezca al pueblo y a las clases populares de Barcelona y sobre todo porque en este distrito en concreto tenemos muchas necesidades de espacio y gentrificación”, argumentan.

“Hacer justicia histórica”

Pero no es el único objetivo que busca la formación. Además, pretenden “acabar con el lucro turístico de esta iglesia que tanto perjudica al barrio e implementar una serie de medidas para el bien social”. Es aquí donde encaja la idea de crear en uno de los espacios de la catedral un economato para repartir bienes y enseres, la escuela de música o un espacio de uso vecinal en la plaza de la Catedral frente a la saturación de turistas.

Porque consideran que una sociedad se puede organizar para “declarar la nulidad de las jurisprudencia y leyes franquistas” y porque es “hora de pasarles cuentas y de hacer justicia histórica”, la CUP de Barcelona llegará al pleno de este jueves con la medida.

Y aunque la polémica está servida, desde el Ayuntamiento de Barcelona prefieren no entra a valorar la propuesta de expropiación pues consideran que sólo en una medida más que se debatirá en un pleno. “Es una propuesta que pasa por el distrito de Ciutat Vella y ya está. Se debatirá y votará” aunque se presupone que no prosperará por falta de apoyos como ya ocurrió con su petición de eliminar la emblemática estatua de Colón de Barcelona.

De aprobarse, en el Ayuntamiento recuerdan que es una medida de carácter político y no de ejecución obligatoria.

Desde el Arzobispado de Barcelona tampoco quieren valorar esta exigencia de la CUP aunque recuerdan que además de ser una propiedad privada la catedral es “la sede, el primer templo de la diócesis y todo un símbolo de la iglesia católica en la ciudad, mucho más importante que la Sagrada Família. Además, se celebran misas diarias".

Un edificio al servicio de la burguesía

Joan Suqué Puig-Serra, consejero portavoz del grupo municipal de CUP-Capgirem Barcelona al Districte de Ciutat Vella, será el encargado de explicar en el pleno que "debido de al desuso espiritual y religioso original para el que estaba destinado el templo y a la gentrificación y masificación turística, así como a la sobresaturación del espacio y de la vía pública que contribuye inequívocamente a expulsar y dificultar las actividades de vida diaria de los vecinos, creemos imperativo proceder a la socialización forzosa y urgente del conjunto arquitectónico, de interés público por su patrimonio histórico".

Para Puig-Serra la catedral siempre ha estado "al servicio de monarquías y burguesías para perpetuar los procesos de colonización, saqueo, esclavitud, moralización y control del proletariado".

Otras peticiones polémicas

En septiembre de 2016 la CUP despuntó exigiendo la retirada de la estatua de Colon que corona el final de La Rambla de Barcelona, pero a la hora de votarlo en el pleno se quedaron solos.

A principios de julio de este año la CUP de Terrassa (Barcelona) denunció el "manspreading"; o lo que es lo mismo, el "despatarre" de los hombres a la hora de sentarse con las piernas abiertas en los transportes públicos.

Esta denuncia formaba parte de las propuestas que la formación ha presentado para luchar por la igualdad entre géneros porque, según han explicado, el “despatarre” lo sufren principalmente las mujeres. Incluso llegan a definir esta situación como una “micro-agresión” machista.

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"Invaden el espacio vital de las otras personas, habitualmente mujeres, en una muestra de machismo y micro-agresión que puede incomodar a quien lo tiene que sufrir", dijo la portavoz de la CUP de Terrassa, Sara Moya.

Anteriormente, la formación independentista intentó promover las esponjas marinas para que las mujeres dejaran de usar compresas y tampones.