La multiplicación de los contagios por COVID-19 por todo el país ha elevado y mucho la preocupación de los expertos, en particular durante la última semana. Galicia, que en los momentos más duros de la pandemia fue puesta como ejemplo de gestión lo que le sirvió para ser la primera región en estrenar la 'nueva normalidad', tampoco es ajena a los rebrotes.

Lo que antes, sobre todo desde su partido y algunos medios de comunicación muy afines a Alberto Núñez Feijóo, eran elogios, se han transformado en críticas que arrecian desde ayuntamientos, oposición y sindicatos. Todo gira en torno a las medidas adoptadas, en algunos casos, y las no llevadas a cabo, en otros, por parte del Gobierno en funciones de la Xunta de Galicia.

Uno de los apartados en los que insistía el presidente gallego durante el período de confinamiento tenía que ver con la gestión realizada en uno de los puntos más críticos de la pandemia: las residencias de mayores.

En declaraciones a este medio, Manuel Martín, portavoz de SOS Sanidade Pública y presidente de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública a nivel estatal, ya ponía en entredicho esa buena gestión (en realidad hablaba de "gestión nula") y centraba su denuncia, sobre todo, en el colectivo de mayores, único apartado en el que “la Xunta tenía responsabilidad y fue un absoluto fracaso porque el 70% de la pandemia se cebó en los mayores ingresados en residencias, con un porcentaje de mortalidad de más del 50 por ciento”.

Era su análisis sobre el período más duro. Ahora, transcurridos más de dos meses desde el estreno por parte de Galicia de la 'nueva normalidad', los nuevos rebrotes vuelven a poner en entredicho la acción política en las residencias.

A pesar de que los trabajadores de estos centros están advertidos de lo que “se nos viene encima”, las sensación en determinados sectores es que la administración autonómica actúa bajo el manto de la improvisación. Es lo que dicen organizaciones como la CIG. El sindicato nacionalista envió esta semana un escrito a la propia Xunta en el que denunciaba lo que califica como “actuación errática” y que “llega tarde” en lo que respecta a la “adopción de medidas preventivas” que eviten la propagación del coronavirus en centros de día y de mayores.

Intervención de una residencia

El ejemplo más claro de esto es la intervención ayer jueves por la administración regional de una residencia ubicada en el municipio lucense de Incio. El motivo se encuentra en el brote detectado en ella y que afecta a trabajadores y residentes. En concreto, entre los primeros se confirmaron 8 positivos, cifra que se eleva hasta 59 en el caso de los mayores, es decir, más de la mitad del total (116) que viven en este centro.

Este caso, unido a los surgidos en Culleredo, Xove o Paradela, entre otros, ha llevado a la CIG a pedir el cese inmediato del director general de Mayores de la Xunta de Galicia, Ildefonso de la Campa, a quien se acusa también de no cumplir el acuerdo entre el Gobierno central y las CCAA en materia de test PCR a trabajadores de estos centros. Además de esto, el sindicato también ha pedido que se adopten “una serie de medidas para frenar la evolución” de los brotes en residencias.

En este sentido, recuerdan que en los últimos meses “se pudo constatar esta incapacidad y falta de diligencia por el elevado número de contagios”, de ahí que consideren que la solicitud de retirar de su cargo a De la Campa está más que justificada.

La situación en torno a las residencias en Galicia viene de lejos. Como ha recordado a ELPLURAL.COM Manuel Martín, portavoz de SOS Sanidade Pública y presidente de FADSP, “existe un informe del Consello de Contas de 1998 en el que ya se advertía de que las residencias no reunían las condiciones, protocolos y el personal” que debían tener estos centros. Asimismo, ha subrayado que estas instalaciones “están en manos privadas porque Feijóo, entre las primeras cosas que hizo” al acceder a la presidencia de la Xunta “fue la de que estas residencia pasasen a manos de multinacionales o fondos buitres”.

Las alarmas no dejan de sonar y lo hacen cada vez con más intensidad. Y en medio de todo esto, la incertidumbre todavía crece más por la desaparición casi total -su última aparición fue para criticar al Gobierno de Pedro Sánchez tras una reunión del comité de seguimiento de la pandemia- del propio presidente en funciones de la vida pública, Alberto Núñez Feijóo, a dos semanas de su investidura.