La actuación de Carles Puigdemont desde finales de octubre del año pasado ha sido vista con pesar desde Esquerra. Los republicanos confiaban en ser la primera fuerza política tras las elecciones del 21D y la candidatura de independientes de Carles Puigdemont, hecha desde la comodidad de Bruselas mientras Oriol Junqueras está encarcelado, les arrebató ser la primera fuerza independentista. Esquerra considera que ahora lo que hace falta es elegir a un presidente que ejecute y un gobierno que gobierne y dejarse de épicas.

Los encontronazos son continuos desde el 21D. Puigdemont se cree en el derecho de hacer y deshacer en el mundo independentista. Hasta ahora, desde ERC se ha sido prudente, pero ya empieza a haber ganas de rebatir a Puigdemont. Hoy mismo se han visualizado en público las discrepancias cuando el presidente del Parlamento ha anunciado el pleno de investidura el 30 de enero y JxCat ha pedido hacerlo un día más tarde. Finalmente, Torrent ha convocado la sesión de investidura para el dia 30 a las tres de la tarde.

Esquerra quiere formar gobierno lo más rápido posible. Con esta acción se acabaría con el 155. Desconocen, incluso, cuál es el programa de gobierno. Sólo se les ha prometido la mitad de las consejerías y la mitad del presupuesto. Pero la estrategia de ERC, y también del PDCat, es que sea el Tribunal Constitucional el que detenga la sesión de investidura de Puigdemont. Así, no aparecerían ante sus electores como traidores.

Primer paso

El Gobierno español ha dado el primer paso hoy jueves. Tiene el apoyo explícito del PP, Cs y socialistas. Mientras, desde ERC, sin abandonar su independentismo, ha asegurado que respetarán las leyes. No quieren volver a tener una legislatura convulsa como la pasada. El primer interesado es el presidente del Parlament, Roger Torrent, quien está dispuesto a cumplir con la ley. Ahora, JxCat le insta a desobedecer y mantener la candidatura de Puigdemont. Mientras que los seguidores de Puigdemont aseguran que el Gobierno español no acepta los resultados electorales del 21D y hace un golpe de Estado, desde Esquerra se mantiene un calculado silencio.

Eso sí, se conocen tímidas críticas a la actuación de Puigdemont. Desde ERC cayó muy mal que Puigdemont usa la palabra "presidiario" para referirse a Junqueras. Sergi Sabrià lo ha calificado de "falta de respeto". Asimismo, desde ERC se considera que aunque Puigdemont tenga toda la legitimidad para ir a la investidura, se es consciente de que es "imposible" hacer una restitución de lo que era el Gobierno de la Generalitat de antes del 30 de octubre.

Otra voz crítica es la de Quim Forn, encarcelado en Estremera con Junqueras. Forn, que ha pedido la libertad pues abandona la política tras haber renunciado al escaño de diputado, se habría mostrado muy crítico con las últimas actuaciones unilaterales de Puigdemont.

Torrent tendrá que decidir, cuando reciba la decisión del Tribunal Constitucional, si obedece o no.