El expatriado Carles Puigdemont corre el riesgo de quedarse sin el apoyo del único grupo privado de comunicación que en todo momento y circunstancia ha actuado como su propagandista, El Punt-Avui. Este periódico es el resultado de la fusión, en 2011, de las que entonces eran las dos cabeceras históricas de los periódicos con edición en papel en lengua catalana, Avui, creado en 1976, y El Punt, nacido en 1979. A pesar de las ingentes subvenciones y toda clase de apoyos recibidos desde la Generalitat y otras administraciones públicas en manos del pujolismo, el Avui acabó siendo no solo un medio irrelevante sino ruinoso, a causa de su conversión en un simple altavoz partidista. Gestionado durante algún tiempo por los grupos Godó y Planeta, que poco pudieron hacer ya para salvar una cabecera echada a perder, el Avui fue adquirido por Hermes Comunicacions, la sociedad editora de El Punt, que tenía como accionista principal a Joaquim Vidal, propietario, entre otras empresas, de la cadena de supermercados Valvi, de gran implantación sobre todo en las comarcas gerundenses.

Además de El Punt, reconvertido en El Punt-Avui, Hermes Comunicacions cuenta con un canal de televisión en catalán, con buena cobertura y escasa o nula audiencia, y la revista en inglés Catalonia Today. Carles Puigdemont fue redactor de El Punt durante algunos años y su esposa, Marcela Topor, dirigió Catalonia Today. El hombre de confianza de Puigdemont en “El Punt-Avui” es su gran amigo y confidente personal, Xevi Xirgu, director del diario pero con no muy buenas relaciones profesionales con Joan Vall Clara, nuevo propietario de Hermes Comunicacions tras su compra a Joaquim Vidal por el precio simbólico de 1 euro. Habrá que seguir con atención la evolución de la línea editorial de El Punt-Avui y, por extensión, de los otros medios propiedad de Hermes, aunque todo apunta a que su canal de televisión puede acabar vendido, mientras que Catalonia Today se ha convertido ya en una simple página de El Punt-Avui que ofrece un resumen de informaciones en inglés.

También han llegado vientos de cambio en la propiedad del otro periódico independentista, el Ara, la empresa Cultura 03, con un accionariado formado, entre otros, por la familia Carulla (Agroalimen, Gallina Blanca, Pans & Co…), y otros empresarios catalanes como Ferran Rodés, Víctor Font y Oriol Soler, así como periodistas como Antoni Bassas, Toni Soler, Albert Om o Xavier Bosch, entre otros. El empresario farmacéutico, coleccionista y mecenas artístico Antoni Vila Casas ha pasado a sustituir a la familia Carulla en el accionariado. Amigo personal y desde hace años del ex-presidente de la Generalitat Jordi Pujol, Antoni Vila Casas ha sido una de las escasas personalidades catalanas que ha seguido defendiéndole, tanto en público como en privado; le cedió un discreto despacho en Barcelona, donde Pujol sigue recibiendo algunas visitas y escribiendo.

La entrada de Antoni Vila Casas en el grupo editor del diario Ara garantiza a la empresa mayor solidez económica. Propietario de una gran fortuna surgida de la fusión de su propia farmacéutica, Prodesfarma, con Laboratorios Almirall, Antoni Vila Casas es un “pujolista” puro. Lo son también los otros empresarios implicados en esta iniciativa editorial, que, a pesar de sus notorios éxitos en cuanto a difusión y prestigio, sigue acumulando importantes pérdidas. Tal vez la entrada de Vila Casas en el accionariado refuerce la línea soberanista más realista y pragmática, lejos de la poderosa influencia que ejerce en el periódico Oriol Soler, uno de los principales ideólogos y artífices del “procés”.

La aparición de las dos grandes cabeceras del periodismo catalán en papel, La Vanguardia y El Periódico de Catalunya, con sus correspondientes ediciones diarias en lengua catalana, ha contribuido de forma decisiva a la normalización del catalán como medio cada vez más habitual y frecuente en el periodismo escrito. Que el uso de una lengua no implique necesariamente defender una u otra posición política, ideológica, cultural o identitaria, es un fenómeno positivo y ya irrenunciable. De ahí también la importancia de los cambios en las sociedades editoras de estos dos grandes periódicos catalanes.

La adquisición de Grupo Zeta, editor entre otros de El Periódico de Catalunya, por Prensa Ibérica, con el nombramiento de Anna Cristeto como directora y con un amplio y plural consejo editorial presidido por un periodista de dilatada y prestigiosa carrera como Joan Tapia, consolida y refuerza la apuesta de este diario por un catalanismo progresista, integrador, plural y constitucionalista.

Se anuncia -aunque quien no lo ha anunciado aún es el propio grupo afectado- la sustitución en la dirección de La Vanguardia de Màrius Carol por Jordi Juan. Carol ha sabido reconducir con inteligencia y coraje la línea editorial cada vez más soberanista que su antecesor inmediato en el cargo, José Antich, fue imprimiendo en el periódico, y que mantiene y radicaliza aún más en el digital El Nacional. Màrius Carol seguirá ejerciendo una influencia importante en el Grupo Godó, sobre todo por su relación personal con el actual conde de Godó, Javier, mientras que Jordi Juan tendrá como valedor principal a Carlos, el hijo y heredero.